Espartero, novela historica contemporanea por un admirador de sus hechos, y dedicada a sus verdaderos amigos . gritó el alcalde. — Osbabcis mi casa, dijo el cura, pues lle-vaba un farol en ia mano uquierda y un garrote en la de-recha. —Y Baldónelo, dóndf. esla? — Por aiii, gritó uno de aquellos barbaros, veo trepar atin bond)re. —Salgan algunos de YV. en su seguimiento, dijo ccuvoz de trueno el alcable de montcriiia. Laura volvió á temblar de nuevo creyerido que Baldo-mero iba á ser vícLima de aquella bruta y desenfrenadaronda. —Han cerrado la puerta; no podemosseguirle^ gritó unod


Espartero, novela historica contemporanea por un admirador de sus hechos, y dedicada a sus verdaderos amigos . gritó el alcalde. — Osbabcis mi casa, dijo el cura, pues lle-vaba un farol en ia mano uquierda y un garrote en la de-recha. —Y Baldónelo, dóndf. esla? — Por aiii, gritó uno de aquellos barbaros, veo trepar atin bond)re. —Salgan algunos de YV. en su seguimiento, dijo ccuvoz de trueno el alcable de montcriiia. Laura volvió á temblar de nuevo creyerido que Baldo-mero iba á ser vícLima de aquella bruta y desenfrenadaronda. —Han cerrado la puerta; no podemosseguirle^ gritó unodesde fuera. —Echadla abajo, gritaron el cura y el alcalde, y el res-to de la jente armada, qud había quedado en la estanciaque fué de Baldomero, comenzó adispcirarie tiros desde l:<ventana, por donde le vcian escaparse. Los perros ladraban al oir los liros y la bulla deaquel;;ijente: el pueblo empezóa perc bireste estrépito, y el cu--ra chillí^ba desde la ventana. -^Monacillo, toca á rebato, que se escapa un bribón. Iflllflffllfflllflfllflfflflflfll^ XI U^ámiummo m swí ^^ abrá ün solo español, que liay»M^ZJ olvidado losleniblcs aconteci-mientos del dia dos de niayo enMadrid? [din de desconsuelo, de?; ííanto Julo y amarino recuerdol^-^ ¿Cuando la dolorc-sa y tristísimamajen de aquellas escenas, podía borrarse dei)u estra meinoria? Aun resuena en nuestros pecbos uagritodeindignacion contra la jéiTida conducta de 1 )S in-justos invasores que bicieron derramar tanta sangre ino .cente. Aun resuenan en nueslrosoidos los abogados lamen-losdel pueblo de Madrid, víctima desgraciada de una rea*cerosa y desenfrenada soldadesca, que llegó á el terror por las plazas y calles de la corlede España. El dos de mayo llevó la consternación y elespantoá to-das partes de la Feuínsula: propagcsecon pasmosa celen- — 80— r?;H) funcslo íícoiifccimienlo, y uii j^rlto de guerra y ven-ganza se lanzó co


Size: 1489px × 1678px
Photo credit: © The Reading Room / Alamy / Afripics
License: Licensed
Model Released: No

Keywords: ., bookcentury1800, bookdecade1840, bookidesparteronov, bookyear1847