La Mujer . La india Irúa el camino del piache Pariosa. Pariosa era-visto como el más sabio de los ancianos-que habitaban la Goagira. Leía en las es-trellas, en los pétalos de las flores, en elagua pura de las fuentes y en la gota derocío que caía desprendida de las hojas-de los árboles. Irúa besó con veneraciónla tecquiara del anciano y en seguida leespuso sus temores y sufrimientos.—Sobrina de Caraire,—le dijo el piache^ ALBUM - REVISTA « LA MUJER > —sólo puedo decirte que el valiente AriteJio volverá á pisar los auteres del indiohipoana. Si muerto tu amante, muerestambién de dolor, tu esp
La Mujer . La india Irúa el camino del piache Pariosa. Pariosa era-visto como el más sabio de los ancianos-que habitaban la Goagira. Leía en las es-trellas, en los pétalos de las flores, en elagua pura de las fuentes y en la gota derocío que caía desprendida de las hojas-de los árboles. Irúa besó con veneraciónla tecquiara del anciano y en seguida leespuso sus temores y sufrimientos.—Sobrina de Caraire,—le dijo el piache^ ALBUM - REVISTA « LA MUJER > —sólo puedo decirte que el valiente AriteJio volverá á pisar los auteres del indiohipoana. Si muerto tu amante, muerestambién de dolor, tu espíritu errará porlos espacios y estarás condenada á lavará media noche en la orilla de la laguna,hasta que encontrando al hombre á quienamas le embriagues con tu amor y vuelescon él á las regiones vesando extensas llanuras, y ya tarde dela noche^ que era muy clara, llegó á vis-tar en la leja-nía los auteresy cendaguesde los hipoa-nas que se le-vantan muycerca de unpequeño lago. A medidaque se acerca-ba, oía en lasoledad y el si-lencio delano-che. un ruidomisterioso ymonótono que,á pesar suyo,le sobrecogíade espanto. Alzó la vistaal cielo y com-prendió queera ya medianoche ¡Las doce!...la hora del sa-bat de las brujas 3^ de los fantasmas se-pulcrales. El indio distinguió luego, al resplandorde la luna, un grupo de mujeres con lar-gos taccines blancos 3^ con los cabellosflotantes; vaporosas, indecisas, batiendoropa sobre duras peñas á la orilla de lalaguna. Arite se estremeció; pero inmediatamen-te lanzó un grito de sal^vaje alegría por-que distinguió á Irúa; que llena de gozocorría hácia él.
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