. Anales. Virrey del Ríodela Pla-ta, D. Baltasar Hidalgo de Cisneros,enl809, tomó posesión de su car-go. 1806-1809. Cisneros fué nombrado por la Junta de Sevilla, la que declaró laguerra á Napoleón cuando Femando VH estaba prisionero en Bayona. La primera dificultad que halló el Virrey D. Baltasar al llegar alpoder, fué la escasez de numerario para atender á los pagos de los gas-tos más indispensables del gobierno; cierto que al sigiiiente año se tri-plicaron las rentas aduanales, debido á que á instancias de Moreno (elmismo primer secretario) permitió que se embarcaran en barcos ingle-ses pie


. Anales. Virrey del Ríodela Pla-ta, D. Baltasar Hidalgo de Cisneros,enl809, tomó posesión de su car-go. 1806-1809. Cisneros fué nombrado por la Junta de Sevilla, la que declaró laguerra á Napoleón cuando Femando VH estaba prisionero en Bayona. La primera dificultad que halló el Virrey D. Baltasar al llegar alpoder, fué la escasez de numerario para atender á los pagos de los gas-tos más indispensables del gobierno; cierto que al sigiiiente año se tri-plicaron las rentas aduanales, debido á que á instancias de Moreno (elmismo primer secretario) permitió que se embarcaran en barcos ingle-ses pieles y lanas 3- se autorizó á los mismos buques desembarcar susmercancías; pero ya estas ventajas no serían para la Corona, sino pa-ra sus futuros rebeldes. A la mitad de marzo de 1810 se supo que los franceses, acampadosen Córdoba y Sevilla, España, habían dispersado las Juntas guberna-tivas, y el Virrey comunicó al pueblo, en una proclama expedida el 18 Anales.—Tomh I\, LÁii. !.. Simón Bdlívar. 97 del mismo mes, la triste situación de la Metrópoli, i El Cabildo, confecha 21 de maAO, pasó un oficio al Virrey pidiéndole permiso uparaconvocar la principal y inás sana parte del vecindario, á fin de que, enun congreso público, expresase la voluntad general y acordase las me-didas más oportunas para evitar toda desgracia y asegurar su suertevenidera.» - Muy á su pesar accedió el Virrey, amilanado por los alarmantes sín-tomas y rumores siniestros que corrían entre el pueblo, cuya actitud lecausó miedo, miedo que Castelli supo explotar audazmente exagerán-dole el peligro que le amenazaba. 3 «Además, dice Unen, las tropas mandadas por D. Cornelio Saave-dra, particularmente los batallones patricios, estaban ganados por losrevolucionarios.» -^ Impotente el Virre3para luchar, consintió al fin en que se convocarala parte sana del vecindario para cjue expresase la voluntad del pueblo. La asamblea popular, que constaba de 600 notables del país


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