Boletín de la Sociedad Aragonesa de Ciencias Naturales . recisas á las Mansiones itinerarias. Y después de re-cordar con Estrabón que: «grande es el placer del almacuando después de muchos siglos logra uno descubrir restosde famosas ciudades que desaparecieron hasta el olvido, yhallamos entre sus ruinas los sepulcros y cenizas de sus cla-ros varones», acomete el estudio de estos restos absoluta-mente desconocidos hasta ahora, no citados en obra al-na, para comparando sus excelentes condiciones estratégi-cas y la antigüedad de sus restos con la ausencia de murosy de cerámica antigua en Arcos d
Boletín de la Sociedad Aragonesa de Ciencias Naturales . recisas á las Mansiones itinerarias. Y después de re-cordar con Estrabón que: «grande es el placer del almacuando después de muchos siglos logra uno descubrir restosde famosas ciudades que desaparecieron hasta el olvido, yhallamos entre sus ruinas los sepulcros y cenizas de sus cla-ros varones», acomete el estudio de estos restos absoluta-mente desconocidos hasta ahora, no citados en obra al-na, para comparando sus excelentes condiciones estratégi-cas y la antigüedad de sus restos con la ausencia de murosy de cerámica antigua en Arcos de Medinaceli, tras de eru-ditísima labor, venir en conclusión á lanzar la especie deque no es Arcos de Medinaceli la antigua Arcóbriga y sípueden ser de esta las ruinas que ocupan por completo elmonte Villar. Según su propia expresión: «la parte principal de Arcó-briga, la constituyen tres grandes explanadas que van as-cendiendo hasta la última, donde fué la Acrópolis con sutérmino en la máxima altura para el castillo». Y enumera. I I Oí tsdOii f>E CIENCIAS NATÜR ales TS sus casas, sus calles de tosco empedrado, gastadas pasade-ras y altas crepidines; entre los edificios públicos detalla losrestos del Praetorium, su teatro de grandes dimensiones, lasruinas de un templo, los trozos de lápida encerrando letrasdel siglo II y dos aras, de las que el sabio P. Fita dice serofrendas á los Dioses de la salud y del camino. Pone á con-tribución la extrañeza de las murallas alta y baja de Arcó-briga, sus interiores pequeños muros, el «curiosísimo vasoibérico cuyas pinturas proclaman la más terminante y abso-luta influencia cartaginesa* (lámina ), hallado al extremode una escalera de la gran muralla que separa la Acrópolisdel resto de la ciudad, todo cuanto su sagacidad descubrió, áfin de arrancar de entre las sombras la importante Arcóbrigade cuyas cenizas se borró hasta el recuerdo. Da la importancia que merecen á los restos de lo que s
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