La Mujer . óde su obra. Desde aquel instante la Naturaleza, la tierra, los es-pacios, lo infinito fecundóse en reproducciones eternas. Todos los semi-dioses y los génios se disputaron elbien de poseer á la primera mujer: pero Hermes Trime-gistro, como buen padre, se la dió al hijo más desagra-decido, al más haragán, llamado Ocio, de quien la prime-ra mujer se vió precisada á separarse jurando no volverá contraer matrimonio: á lo que Hermes se opuso y como nohabia más que obedecerle, contrajo segundas nupcias conun jóven fortacho, sano, y buen mozo que se llamó Tra-bajo. De este nuevo consorcio
La Mujer . óde su obra. Desde aquel instante la Naturaleza, la tierra, los es-pacios, lo infinito fecundóse en reproducciones eternas. Todos los semi-dioses y los génios se disputaron elbien de poseer á la primera mujer: pero Hermes Trime-gistro, como buen padre, se la dió al hijo más desagra-decido, al más haragán, llamado Ocio, de quien la prime-ra mujer se vió precisada á separarse jurando no volverá contraer matrimonio: á lo que Hermes se opuso y como nohabia más que obedecerle, contrajo segundas nupcias conun jóven fortacho, sano, y buen mozo que se llamó Tra-bajo. De este nuevo consorcio nació Invención y de sufecundidad asombrosa todo lo que el Universo puebla. El hombre quiso ser Dios, ó mejor dicho, HermesTrimegistro, llevando su soberbia hasta inventar creyendoque creaba. Quiso ser Naturaleza y fué artificio. Buscó en los oscuros jeroglíficos de la egipcia la so-lución de la piedra filosofal y como Quircher solo encon-tró la imposibilidad de acercarse al Creador,. Compuso y descompuso pretendiendo crearse á simismo y hacer la vida eterna sin fijarse que no bastatoda la existencia de un hombre para decir lo que hayde verdad en un grano de arena. Rafael Barreda F E2STS ^IH]3SrT O S —Justificar es más dificil que glorificar; la esponjatrabaja con más dificultad que el incienso. —Hay dos valores : la bravura y la perseverancia. Elprimero es el valor del soldado ; el segundo es el valor delciudadano. —Saber orientar la desconfianza, es el secreto de lapolítica. —En ciertos casos poier la mano sobre un hombrp es ponerla sobre el derecho ; y los que se atrevan á ello,tienen el temblor de la ley conmovida. —Se resiste á la invasión de los ejércitos; pero no seresiste á la invasión de las ideas. —La gloria de los bárbaros, es ser conquistados por laHumanidad ; la gloria de los salvajes, es ser conquistadospor la civilización; la gloria de las tinieblas, es ser con-quistadas por la luz. VrcToR Hugo.
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