Anales . laciones, consi-derándosele, en cuanto á su origen, como uno de los más miste-riosos de todo el Continente Americano. Como hay mucha fanta-sía en las opiniones emitidas en este sentido acerca de los otomíes,no será por demás examinar brevemente lo que hay de cierto enlas noticias que alguna luz pueden arrojar sobre esta materia. Mendieta, en su «Historia Eclesiástica,» i nos ha conservadouna tradición de la que se desprende que tanto los otomíes comolos ulmeca, mixteca, xicalanca, tenuchca y xelhua, tienen por pa-dres á Iztac Mixcóatl é Ilancueye. Ahora bien, como lo comprue-ban los c
Anales . laciones, consi-derándosele, en cuanto á su origen, como uno de los más miste-riosos de todo el Continente Americano. Como hay mucha fanta-sía en las opiniones emitidas en este sentido acerca de los otomíes,no será por demás examinar brevemente lo que hay de cierto enlas noticias que alguna luz pueden arrojar sobre esta materia. Mendieta, en su «Historia Eclesiástica,» i nos ha conservadouna tradición de la que se desprende que tanto los otomíes comolos ulmeca, mixteca, xicalanca, tenuchca y xelhua, tienen por pa-dres á Iztac Mixcóatl é Ilancueye. Ahora bien, como lo comprue-ban los códices, estos dioses pertenecen á la generación america-na original ó época de los primitivos toltecas, dándoseles á co-nocer como tales, ya por una característica física especial, con-sistente en una partida bucal semejante á la de los ancianos, ó bienacompañando sus figuras con los objetos de su propio uso en es-tado roto ó desgastado, para indicar que éstos ya no sirven Por. COOfx FEJERvapy cooe* 30rgia Mixcóatl. dios creador de la generaciónamericana primitiva. Ilancueye, mujer deIztac Mixcóatl. otra parte, reconocemos fácilmente en los ulmeca y xicalanca,mixteca y xelhua, á los primeros habitantes de Nueva España quepertenecieron á la época del primer Quetzalcóatl, de quien dice1 Méx. 1870, pp. 77 y 78. 62 otra tradición que era hijo del propio Iztac Mixcóatl, siendo su pro-pia madre, en vez de la Ilancueye, la virgen Chimalman. i Existe,pues, una relación armónica entre lo asentado en los códices y lastradiciones conservadas por los historiadores, demostrando quelos indígenas estaban bien seguros en su convicción de que los oto-míes eran sus coetáneos y del mismo origen que los otros pueblosindígenas de la Nueva España. No obstante lo intachable de estetestimonio, muchos autores aun se inclinan á la opinión de que losotomíes, no sólo son de una antigüedad más grande que sus veci-nos, sino, á la vez, de un o
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