Cronica de Enrique IV . a mata de esparto nacida bajo las pie-dras, y que los transeúntes arrancarán y destrui-rán inmediatamente.» Maravillado el marinerocon lo que oía, en cuanto llegó á Sevilla lo refiriótodo á sus amigos. Fueron á cerciorarse de la ver-dad del vaticinio y hallaron en la lonja, segúnlas indicaciones del moro, una losa de mármol, yen ella incrustado, como se dijo, un yugo blancornunca hasta entonces visto por la multitud degentes que por allí pasaban. Acudieron los ciuda-danos, toda la nobleza é innumerable concurso demujeres á contemplar el prodigio, y algunos im-prudentes


Cronica de Enrique IV . a mata de esparto nacida bajo las pie-dras, y que los transeúntes arrancarán y destrui-rán inmediatamente.» Maravillado el marinerocon lo que oía, en cuanto llegó á Sevilla lo refiriótodo á sus amigos. Fueron á cerciorarse de la ver-dad del vaticinio y hallaron en la lonja, segúnlas indicaciones del moro, una losa de mármol, yen ella incrustado, como se dijo, un yugo blancornunca hasta entonces visto por la multitud degentes que por allí pasaban. Acudieron los ciuda-danos, toda la nobleza é innumerable concurso demujeres á contemplar el prodigio, y algunos im-prudentes trataron de arrancar el yugo del már-mol,* pero, rotos los ángulos, perdió su forma. Yotambién fui testigo y vi cómo muchos cogíanfibras sueltas del esparto y atribuían á milagro loreferido por el marinero. Estos y otros semejantesfueron los presagios de la batalla. De los posterio-res sucesos haré un breve resumen en lo referenteá lo ocurrido en Andalucía á los partidarios delrey de CAPITULO X Hechos de los partidarios del rey de Portugal enAndalucía.—Encuentros de los franceses que si-tiaban á Fuenterrabía. asi por los mismos días en que el rey donFernando venció al Portugués, sus par-tidarios, que después de rendido el casti-llo de Burgos habían empezado á sentir cierto re-mordimiento por su conducta, volvieron á susprocederes y llevaron por todas partes las disen-siones y la revuelta. Entre otros, D. RodrigoGirón, entonces en Andalucía, con el auxilioy fuerzas de sus partidarios, intentó apoderarsepor engaño de la villa de Sabiote, próxima áBaeza y Ubeda, y que había ocupado el maestredé Santiago D. Rodrigo Manrique, después de laprisión (i), Comendador de Sabiote. Paraconseguir su deseo, y siguiendo el vano con-sejo de sus íntimos, tramó una añagaza, encu-briendo su verdadero propósito con otros muydiferentes, propios de la juventud, con objeto deque los auxilios que habían de acudirle de todaspartes no


Size: 2773px × 901px
Photo credit: © The Reading Room / Alamy / Afripics
License: Licensed
Model Released: No

Keywords: ., bookcentury1900, bookdecade1900, bookidcronicadeenr, bookyear1904