. Fabulas. ay, según los navegantes,Allá lejos un paÃ-s,Cuyos pobres habitantesAndan á todos instantesCon sus bienes en un tris. Ya un espantoso huracánHace en la cosecha riza,Ya sepultura le danLas piedras, lava y cenizaDe un repentino volcán. Los de ilustre jerarquÃ-aY los mÃ-seros gañanes,Todos viven entre afanes,Recelando cada dÃ-aTerremotos y huracanes. OBRAS DE HARTZENBUSCH Para auxilio en tales dañ el común SeñorAllÃ- á cada morador,Ya desde sus tiernos años,Una jo3a de valor, Y tales prodigios obraLa joya á los niños con ella todo sobra, Y sin ella no se


. Fabulas. ay, según los navegantes,Allá lejos un paÃ-s,Cuyos pobres habitantesAndan á todos instantesCon sus bienes en un tris. Ya un espantoso huracánHace en la cosecha riza,Ya sepultura le danLas piedras, lava y cenizaDe un repentino volcán. Los de ilustre jerarquÃ-aY los mÃ-seros gañanes,Todos viven entre afanes,Recelando cada dÃ-aTerremotos y huracanes. OBRAS DE HARTZENBUSCH Para auxilio en tales dañ el común SeñorAllÃ- á cada morador,Ya desde sus tiernos años,Una jo3a de valor, Y tales prodigios obraLa joya á los niños con ella todo sobra, Y sin ella no se cobra,De lo que se pierde, nada. Sin embargo, aquella genteSe echa tanto el alma atrás,Que es la cosa más frecuentePerder la joya excelente, Y no recobrarla más. Causará, sin duda, espantoSu locura; pero |qué!¿Nada igual aquÃ- se ve?¿No hacen muchos otro tantoCon la joya de la fe? Y sus luces, en verdad,Son las que nos guÃ-an solasA puerto de claridad En la noche y en las olasDe la ruda LA ROSA Y LA ZARZA. jVIuRMURABA impacienteUna rosa nacienteDel cautiverio duro que sufrÃ-a,Porque una zarza espesa la tenÃ-aCon sus punzantes vástagos cercada.âYoâsin cesar decÃ-a,âYo no disfruto aquÃ- ni sé de nada:Sin un rayo de sol, tasado el aire,Desperdicio, de todos ignorada,Y entre espinas incómodas fragancia, colores y donaire.âLa zarza respondió:âJoven previsión escasa. Del bien que te hago, sin razón me acusa. Bajo mis ramas á cubierto vives Del sol canicular que nos abrasa; El golpe no recibes Del granizo cruel que nos deshoja; 26 OBRAS DE HARTZENBUSCH Y ese muro de espinas que te enoja,Defiende tu hermosura De que una mano rústica la coja.â La ñor entonces, de despecho roja, â¡Malhayaâreplicóâla ruin cordura, Que de riesgos que no hay, tiembla y se apura I No fué la maldición echada en vano. A los pocos momentos un villano Llega con la cortante p


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