La Mujer . la existencia, viven en la más profundaignorancia! No es extraño, pues, que esas pobrescriaturas se vean expuestas á dar traspiésque concluyen en sumirlas en la deprava-ción de los nobles sentimientos. La caridad y la educación son, pues, ne-cesarias para ellas. Con la caridad se aliviará la penosa exis-tencia que sobrellevan; con la educaciónse llevará á sus cerebros ta luz de la ver-dad, se despertarán esas inteligencias ador-mecidas, puede decirse, por el ruido ensor-decedor de las máquinas de la fábrica. La mujer educada torma una generaciónde seres aptos para la f


La Mujer . la existencia, viven en la más profundaignorancia! No es extraño, pues, que esas pobrescriaturas se vean expuestas á dar traspiésque concluyen en sumirlas en la deprava-ción de los nobles sentimientos. La caridad y la educación son, pues, ne-cesarias para ellas. Con la caridad se aliviará la penosa exis-tencia que sobrellevan; con la educaciónse llevará á sus cerebros ta luz de la ver-dad, se despertarán esas inteligencias ador-mecidas, puede decirse, por el ruido ensor-decedor de las máquinas de la fábrica. La mujer educada torma una generaciónde seres aptos para la familia, para la so-ciedad y para la patria. La que carece de educación, la que viveen las tinieblas, ¿que generación podráformar? La pregunta se contesta por sÃ- sola:Parásitos é inútiles; quizás los deprava-dos del mañana, las escorias del porvenir. Debemos pues, preocuparnos seriamentede siT educación. Victoria M. López. EstÃ-o l^KK). (Remitido) EL POExMA DE LA MAÃANA MSTA DE MI VENTANA Poco Ã


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