. La casas de religiosos en Cataluña durante el primer tercio del siglo 19 . í, á su derre-dor, cinco ó seis jornales de tierra cadauna. Poblaba esta casa una Comunidad de 5padres, ó lo más 6, con los legos corres-pondientes. Aquéllos estaban dedicadosá la enseñanza completamente gratuita,hasta para los no religiosos, de la Filoso-fía y Teología, á la predicación y al con-fesonario, bien que más á la dicha ense-ñanza que á estos ministerios. Se lesconfiaban los sermones de más empeño,y sus penitentes y dirigidos pertenecíaná las clases más ilustradas (3), nueva con-firmación del concepto de sa
. La casas de religiosos en Cataluña durante el primer tercio del siglo 19 . í, á su derre-dor, cinco ó seis jornales de tierra cadauna. Poblaba esta casa una Comunidad de 5padres, ó lo más 6, con los legos corres-pondientes. Aquéllos estaban dedicadosá la enseñanza completamente gratuita,hasta para los no religiosos, de la Filoso-fía y Teología, á la predicación y al con-fesonario, bien que más á la dicha ense-ñanza que á estos ministerios. Se lesconfiaban los sermones de más empeño,y sus penitentes y dirigidos pertenecíaná las clases más ilustradas (3), nueva con-firmación del concepto de sabios con queel mundo justamente honraba á los domi-nicos. (1) Al describir estos edificios escribo lo que por misojos examine el día 23 de junio de 1897. ;_\ Xoticias recogidas de los ancianos de Solsona. (3) Xoticias que de ancianos fidedignos recogió en Sol-sona y me transmitió el señor Canónigo D. Celestino Ribe-ra, cuya bondad agradezco. CAPÍTULO NOVENO. MERCEDARIOS ARTICULO PRIMERONUESTRA SEÑORA DE LA MERCED, DE BARCELONA MERCEDARIOS 105. en los fas-tos ecle-siásticosy espe-cialmenteen los bar-celonés eseseldíal2de agostode ában-se en élreunidosbajo las bóvedas de nuestra Catedral el Rey Con-quistador y su corte, el consistorio ydemás magistrados de la ciudad, juntocon el obispo D. Berenguer de Palou yel cabildo é inmenso pueblo. Celebrabade pontifical el Obispo, y cantado el Evan-gelio, Raimundo de Peñafort subió al pul-pito y declaró la celeste visión que elRey, Pedro Nolasco y él, pocos días an-tes, habían tenido. La Virgen Santísima,en una misma noche, había revelado álos tres su voluntad de que fundaran laOrden de la Merced, dedicada á la reden-ción de cautivos. Con aquella solemnísi-ma función daban cumplimiento á tancaritativo mandato (1), y así en el oferto-rio «presentóse Nolasco con la más pro-funda humildad y modestia, y puesto derodillas ante el Sr. Obispo, á presenciade toda la Cor
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