América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . lado con la gigantesca cascada de Tequendama,por la cual el rio Funza se precipita á tierra caliente de un solo salto, y por el otro con unamuralla de montañas orientadas al Sur. Los bordes dentellados de este inmenso lago sub-an-dino no están interrumpidos en parte alguna, y los páramos aparecen coronados de eternasescarchas. La cumbre que habíamos de franquear para ganar el camino de Fusagasugá, después de VIAJE Á LA AMÉRICA EQUINOCCIAL 613 separarnos bien á pesar nuestro del grandioso espectácu


América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . lado con la gigantesca cascada de Tequendama,por la cual el rio Funza se precipita á tierra caliente de un solo salto, y por el otro con unamuralla de montañas orientadas al Sur. Los bordes dentellados de este inmenso lago sub-an-dino no están interrumpidos en parte alguna, y los páramos aparecen coronados de eternasescarchas. La cumbre que habíamos de franquear para ganar el camino de Fusagasugá, después de VIAJE Á LA AMÉRICA EQUINOCCIAL 613 separarnos bien á pesar nuestro del grandioso espectáculo de la cascada, llámase «Páramode San Fortunato,)) cuyo nombre conocia de larga fecha, por las bellas herborizacionesque hicieron allí naturalistas de nota, como Harlweg, Linden, Goudot, Lindig, Triana yotros. Enderecé, pues, la marcha hacia el Sur-oeste, franqueando á mano izquierda un contra-fuerte de la cordillera oriental, llamado Cerro de Pasquilla, que se destaca del Páramo deChipaque, cuya opuesta vertiente me era ya conocida. El indicado páramo forma la línea de. La casa de los Rojas, en Fusagasugá altitud de los Andes, sobre las dos cuencas del Orinoco y el Magdalena. La llanura conünúaaún, si bien se angosta gradualmente hasta que en el horizonte aparece interrumpida por lasaltas cumbres que íbamos á abordar de frente. En el camino pulverulento y blanco, orilladode bardales de seis pies de altura y zanjas que remontan las pendientes dividiendo los ruedosdélos dueños de los pastos, aparece una vegetación frutescente tan mísera, que apenas excedede las gramíneas de las lomas. En las cercanías del cortijo de Sibate, donde algunos sauces llorones indican la existenciade una balsa, y algunos cuadros de azulada alfalfa anuncian en un buen trecho la presenciade cultivos regulares, una pequeña culebra de cascabel pagó con la vida el susto que tuvoá bien dar á mi cabalgadura. Dicen que este encuentro es de buen agüero. La caravana mar-ch


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