Historia de la Villa y Corte de Madrid . ecibióFelipe muy afectuosamente, hospedándole con magnificencia en la casa del duque deAlba. Al fin, llegado el mes de marzo, resolvió Felipe V salir para ya su ejército de cuarenta mil hombres; el de Portugal, aun con los refuerzosvenidos de Holanda é Inglaterra, era muy inferior en número; y si á esto se aña-dían su mala organización y las desavenencias que entre ellos traían sus jefes, desdeluego podia predecirse un resultado tan satisfactorio para los españoles, cuanto desfa-vorable á los aliados. Fueron pues una serie no interr


Historia de la Villa y Corte de Madrid . ecibióFelipe muy afectuosamente, hospedándole con magnificencia en la casa del duque deAlba. Al fin, llegado el mes de marzo, resolvió Felipe V salir para ya su ejército de cuarenta mil hombres; el de Portugal, aun con los refuerzosvenidos de Holanda é Inglaterra, era muy inferior en número; y si á esto se aña-dían su mala organización y las desavenencias que entre ellos traían sus jefes, desdeluego podia predecirse un resultado tan satisfactorio para los españoles, cuanto desfa-vorable á los aliados. Fueron pues una serie no interrumpida de triunfos las primeras operaciones. Rin-dióse Salvatierra al conde de Aguilar el 7 de mayo; y en el tiempo que transcurrióhasta mediados de junio, cayeron sucesivamente en poder de los españoles Monsanto,Castello-Branco, Portalegre, Castel-Davide y otros pueblos de menos óse con suma facilidad la provincia de Alentejo; y á no haber sido por la ISTORIA |)K |,\ \||,|,A Y COivrK |)K V1AI)I,II). > Z4tj¿^ ni mmn M ©EwoEíK. SEGUNDA PARTE, CAP. I. 25 pérdida de Monsanto, que j^racias á la impericia del Correg-idor que Iiabia sido deMadrid, don Francisco flonquillo, recobraron los portugueses, y por el estrago que enla caballería castellana produjo la falta de mantenimientos, difícilmente se hubieran re-puesto de tantos golpes los defensores del Archiduque. Era por lo mismo extraordina-rio el entusiasmo con que se recibían en España la nuevas de aquellas victorias: porbien empleados daba todo el mundo los sacrificios hechos hasta entonces, y pocos eranlos que no estuviesen dispuestos á hacer otros mayores. De un labrador de Talaverase cuenta que, al quererle recompensar por un servicio que habia prestado: tNadaquiero recibir, contestó; pues no es razón que cuando el Rey se muestra lan celosodel bien de sus vasallos, que va á defenderlos á tanta costa y descomodidad suya, yole lleve dinero por tan corto trabajo. Y ¡ojalá


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