España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . los que en el siglo xviii, enel XVII, en el de Carlos V y en el xv, borraron para siempre lashuellas de aquella santa casa, tal como hubo de ser conocidapor Rodrigo DÃ-az, tal como la imaginación la sueña, ya que nofuera dable contemplar la primitiva, aquella que según un anti-guo libro de Cárdena citado por Yepes fué construida al fundar-se el Monasterio en la era de 937, bajo los auspicios del tercerAlfonso. Demos, pues, el postrer adiós á Cárdena; y al apartarnoscon pena de aquellos lugares, que acaso ya no volveremos ácon
España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . los que en el siglo xviii, enel XVII, en el de Carlos V y en el xv, borraron para siempre lashuellas de aquella santa casa, tal como hubo de ser conocidapor Rodrigo DÃ-az, tal como la imaginación la sueña, ya que nofuera dable contemplar la primitiva, aquella que según un anti-guo libro de Cárdena citado por Yepes fué construida al fundar-se el Monasterio en la era de 937, bajo los auspicios del tercerAlfonso. Demos, pues, el postrer adiós á Cárdena; y al apartarnoscon pena de aquellos lugares, que acaso ya no volveremos ácontemplar nunca, pueble nuestra imaginación la selváticagarganta en cuyo fondo se alza el edificio, de todos aquellosseres que forjó la musa popular y giran como satélites en 836 BURGOS torno del héroe castellano , volviendo á Burgos en su com-pañÃ-a , para animar la monótona aridez de aquellas ondulantestierras donde es tarea inútil buscar la refrigerante sombra deningún árbol. i Ã-L y ^ ,.- .y. ,â .â -â â â â â ^-^A^Ay - y,-â <^. CAPITULO XX De Burgos á Covarrubias â Saldañuela â Olmos-albosâMecerreyes â Gova-rrubias â Aspecto general de la población â Sus monumentos â El To-rreón de doña Urraca â La Colegiata â Los sepulcros de Fernán Gonzálezy de su esposaâLos sepulcros de las InfantasâEl ClaustroâEl Palaciode Fernán González â Santo Tomás â La Torre de la Villa â El Archivo Y^\o sólo por SU renombre en la historia general de Castilla-^^y en la particular de Burgos, no tampoco por la fama desantidad de algunos de sus Abades, ni por el interés exclu-sivo que despierta la santa casa en cuyo recinto solitario seoperaba sin duda en los postreros dÃ-as de la XI.^ centuria y pri- 838 BURGOS meros de la siguiente aquella reacción literaria en las esferashistoriales que preparaba el camino seguido luego por el Arzo-bispo don Rodrigo y principalmente por don Alfons
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