. Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural. Natural history. DE HISTORIA NATURAL. •27.Í un metro y medio de espesor. Después vienen varias capas c (tres á cuatro metros) de arcillas azuladas sin yeso ó con muy poco hacia la base. Por debajo hay otros tres metros próxima- mente de arcillas con yesos, fibrosos al principio, espejuelo debajo y en ríñones sacaroideos en la base. Desde aquí em- pieza el talud de un par de metros, hasta el arenal que marca el lecho del río en las avenidas. Cortes análog-os se pueden observar ag-uas abajo del puente del ferrocarril y ag"uas arriba del
. Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural. Natural history. DE HISTORIA NATURAL. •27.Í un metro y medio de espesor. Después vienen varias capas c (tres á cuatro metros) de arcillas azuladas sin yeso ó con muy poco hacia la base. Por debajo hay otros tres metros próxima- mente de arcillas con yesos, fibrosos al principio, espejuelo debajo y en ríñones sacaroideos en la base. Desde aquí em- pieza el talud de un par de metros, hasta el arenal que marca el lecho del río en las avenidas. Cortes análog-os se pueden observar ag-uas abajo del puente del ferrocarril y ag"uas arriba del de Viveros, á corta dis- tancia de ambos. En este último punto, y como á 200 m. del puente, parece verse por debajo de las arcillas yesíferas el principio de otra hilada de cong-lomerado. Como se comprende por el examen del corte anterior, se trata indudablemente de los últimos tramos del piso de los con- g-lomerados y base del de las arcillas, en- tre los cuales no hay un tránsito brusco, como tampoco le hay por lo demás entre los otros materiales del terreno terciario, al menos en lo que yo he podido observarle dentro y fuera de la provincia de Madrid. El piso de las arcillas, así llamado por predominar en todo él estos materiales, puede ser dividido, seg-ún mis observacio- nes, en otros dos subpisos, uno inferior caracterizado por los yesos, y otro superior de menos extensión vertical, en que se presenta la sílice bajo diversas formas y también la sepiolita. Es para mí todavía un problema á resolver la verdadera situación del cloruro de sodio y de los sulfatos de mag-nesia, de sosa y de sosa y cal que constituyen uno de los más interesan- tes accidentes del terreno que describimos. Por lo que he po- dido observar en la mina «Consuelo», término de Chinchón (aunque más cerca de Ciempozuelos y de San Martín de la Veg"a), los dos últimos vienen en el horizonte de los yesos. En cuanto á la epsomita y la sal común, como en donde yo la
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