La Mujer . mbre, los sentidos. Es algo superior. En sus miradas que penetran, de pronto, las ideas del que admirarla quiera, hay un destello de la divina luz que nos subyuga. Hay algo, incomprensible al pensamiento,que hacia sí nos arrastra, algo más puroque la idea material; es para el almalo que la luz á todo lo existente. Vedla. Allá va. i Parece que rodeandova su cabeza, celestial aureola!]Es el ángel de amor!... ¡Es la que en sueñosbajando del espacio, ve el poeta ! ¡Yo no me atrevo á hablarl a! ¡Y cuando sientosu voz cerca de mí, como el esclavotiemblo, y avergonzados van mis ojosá clava


La Mujer . mbre, los sentidos. Es algo superior. En sus miradas que penetran, de pronto, las ideas del que admirarla quiera, hay un destello de la divina luz que nos subyuga. Hay algo, incomprensible al pensamiento,que hacia sí nos arrastra, algo más puroque la idea material; es para el almalo que la luz á todo lo existente. Vedla. Allá va. i Parece que rodeandova su cabeza, celestial aureola!]Es el ángel de amor!... ¡Es la que en sueñosbajando del espacio, ve el poeta ! ¡Yo no me atrevo á hablarl a! ¡Y cuando sientosu voz cerca de mí, como el esclavotiemblo, y avergonzados van mis ojosá clavarse, de súbito, en la tierra ! ]Y la amo con delirio, como se amanlas flores ó los pájaros!.... Y anheloestar de élla tan lejus como el marde su lecho, y del cielo las estrellas! Más, ya que es imposible, aunque así sufra,siga, pues^ contemplando mi martirio,que no hay dulce morir como el que buscoal lado de la virgen de mis sueños! Manuel Ramos Rodríguez. Buenos A;re<, !\L^vo 10


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