La Mujer de Nadie, novela . raducida al ita-liano por Giulio de Medid. —Florencia. EN PRENSA Detrás de la Cruz——Novela. PROXIMOS A PUBLICARSE Los galápagos.— de Castilla.—Novela. Todas estas obras pueden pedirse directamente a laEditorial Mundo Latino.—Apartado 502.—Madri^ A MARCELIANO SANTA MARIA j posentado en tu hogar de castellaa*leal, aquietado en tu afecto de fra-ternal amigo y deslumhrado porlas maravillas de que me fuiste re-velador, pasé el verano en ta ciu-dad de Burgos, Las horas sugerían motivos emo-cionales y ofrecían, como estam-pas de cuento o de po
La Mujer de Nadie, novela . raducida al ita-liano por Giulio de Medid. —Florencia. EN PRENSA Detrás de la Cruz——Novela. PROXIMOS A PUBLICARSE Los galápagos.— de Castilla.—Novela. Todas estas obras pueden pedirse directamente a laEditorial Mundo Latino.—Apartado 502.—Madri^ A MARCELIANO SANTA MARIA j posentado en tu hogar de castellaa*leal, aquietado en tu afecto de fra-ternal amigo y deslumhrado porlas maravillas de que me fuiste re-velador, pasé el verano en ta ciu-dad de Burgos, Las horas sugerían motivos emo-cionales y ofrecían, como estam-pas de cuento o de poema, las pie-dras de ayer y los paisajes ello bajo el cielo sutilísimo, de una diafanidad que pare-cía inédita, recién creada, acariciado por la suave frescura delcierzo que nunca duerme y ala sombra rumorosa de los árbolesque empenachaban la Testa de Castilla. Un alto en la vida de esos días estivales, paralelos a una di-lecta amistad donde descansar y aprender. En la vida jornalera, 9. JOSE FRANCES en la vida forzada, del pan que se compra con médula esparci-da por los libros y las revistas; en la vida—también—de anti-faz y recelo, de los frivolos conocimientos, las frías murmura-ciones y la lucha tenaz contra la hostilidad multitudinaria. ¡Y quedaba tan lejos aquella vida! Se borraba de distancia yde luz, como esos pueblos entrevistos a la mañana en el vértigodel automóvil y que se recuerdan vagamente después, cuandoya es de noche y el auto empolvado, trepidante aún, se abrepara descansar de nuestros cuerpos ajetreados con un cansanciofeliz que culmina en el rostro, ardiente de sol, de aire y de ho-rizontes. En cambio todo era cordialidad de confidencia y pompa étespectáculo en tu hogar, en tus palabras, en la ciudad-relicariodonde naciste y a lo largo de los caminos que conocieron y for-maron tu niñez, tu juventud, tu madurez granada en una •re-ciente amplitud de hidalguía. ? Siempre amé a Castilla con la fidelidad f
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