. Diccionario enciclopedico hispano-americano de literatura, siencias y artes. Edicion profusamente ilustrada con miles de pequeños grabados intercalados en el texto y tirados aparte, que reproducen las las diferentes especies de los reinos animal, vegetal y mineral; los intrumentos y aparatos aplicados recientemente á las ciencias, agricultura, artes é industrias; planos de de ciudades; mapas geográficos; monedas y medallas de todos los tiempos, etc., etc., etc. sando, ylia u i bu\ ,i do su trato, \ eau i de esto hanatribuido algunos ii los republii anos la tentativa I que ?! de fui \ [el una
. Diccionario enciclopedico hispano-americano de literatura, siencias y artes. Edicion profusamente ilustrada con miles de pequeños grabados intercalados en el texto y tirados aparte, que reproducen las las diferentes especies de los reinos animal, vegetal y mineral; los intrumentos y aparatos aplicados recientemente á las ciencias, agricultura, artes é industrias; planos de de ciudades; mapas geográficos; monedas y medallas de todos los tiempos, etc., etc., etc. sando, ylia u i bu\ ,i do su trato, \ eau i de esto hanatribuido algunos ii los republii anos la tentativa I que ?! de fui \ [el una on 13 de julio do 1789; pero bs que de este suco- da pudo ??? 11 i o El igresor i ió on ¡I mi lio i Su animosidad tra Frai 720 CAIÍL punto, al extremo de convertirse en el más ac-tivo organizador de la primera coalición, for-mada por todos los principes de las dinastías1791 - A raíz de la detención deLuisXVIen ó el gobierno español: meesa en la que en elfondo se la amenazaba con las iras del Rey Cató-lico, caso de ser maltratado el de Francia. A ren-glón seguido dictáronse leyes severas contra losfranceses residentes en España. Aun cuando pocodespués juró solemnemente Luis XYI la ititución, España se negó á reconocerla, fundán-dose en que el juramento se había prestado porno ser el rey dueño de su libertad. Mas si Flori-dablanca era partidario de la guerra, el conde deAramia lo era de la paz; y como Godoy, ya. \t i le Carlos IV muy influyente entonces, apoyaba á éste, Flori-dablanca tuvo que abandonar el poder (febrerode 1792). El conde continuaba siendo favorable ábis ideas nuevas y enemigo de una guerra conia; pero bien pronto tuvo que cambiar deopinión, porque los excesos de la Revolución ha-bían llegado á lo inconcebible. Decidióse á em-pierra con la nación vecina, y asi loel Consejo de Estado, dirigiendoi á las cortes extranjeras en la cualnía los fundamentos de su conducta. Perole los coligados y las buenas dispo-sici
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