La Mujer . or 3 de hallarnos en Cuaresma, lleva-ba cara de Pascua de Resurrección. Entróse de rondón en el salón presiden-cial donde se hallaba el presidente 3^ susecretario de Estado, en el departamentodel Interior, á quien le dirigió una mira-dita irónica. (Don Adolfo es de los hom-bres que no olvidan). â¿Y bien, señor intendente?âle pregun-tó el presidenteâ¿Está usted conforme? âSÃ-, señor, y aunque mi iucouipeteiicú â¿Qué le parece el programa? âÃn poco corto, señor. âHa3^ tiempo de alargarlo. âFaltan fuegos pirotécnicos 3 lumina-rias. --Se âLo
La Mujer . or 3 de hallarnos en Cuaresma, lleva-ba cara de Pascua de Resurrección. Entróse de rondón en el salón presiden-cial donde se hallaba el presidente 3^ susecretario de Estado, en el departamentodel Interior, á quien le dirigió una mira-dita irónica. (Don Adolfo es de los hom-bres que no olvidan). â¿Y bien, señor intendente?âle pregun-tó el presidenteâ¿Está usted conforme? âSÃ-, señor, y aunque mi iucouipeteiicú â¿Qué le parece el programa? âÃn poco corto, señor. âHa3^ tiempo de alargarlo. âFaltan fuegos pirotécnicos 3 lumina-rias. --Se âLo que no me parece bien es eso deindicar las calles por donde deberá pasary atravesar el presidente de los EstadosUnidos del Brasil cuando salga de la ca-s i de gobierno, cuando va3a á lo lleven al feiro-carril, cuando loconduzcan á la Opera, cuando entre ósalga del albergue que le esta/nos prepa-rando. Parece como que quisiéramos exhi-birlo. A LBUiM-REVISTA «LAMU IER». Se le paseará a Campos Salles por Fl res âEs la fórmula. âMuy acertado que asista á la inaugura-ción de la estatua de Sariniento. ¡Qué ho-nor postumo para nuestro viejo luchador!... _âSi llegarÃ-a á preveer que en el go-bierno de aquel comandante que tantoiba á dar que hacer, según le escribió ámi compadre Arredondo, tendrÃ-a su apo-teosis!-dicen que murmuró el presidente. âPor lo demásâañadió don Adolfo-sinparar mientes en el aparte del general,~e\programa se ajusta á nuestra situacióneconómica. No tenemos que gastar en ca-sa para alberÃ-jarlo porque nos la dan debalde. Ni en banquetes, puesto que el queva á darle el presidente es intimo. âEh? âY las intimidades no se cobran. Tam-poco 7tos costará nada el asadito con cue-ro que le daremos en la estancia de Alvearque eso corre por cuenta del esta>iciero,TÃ-\el piscolabis que se le presentará en la regia mai
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