América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . s. Merced á la frescura de las aguas reaparecen allí los arbustos y las flores, interrumpiendola aridez del paisaje. En las vertientes más próximas al rio, algunos grupos de cocoterosyerguen sus robustos y arrugados troncos de un color gris claro, en cuya extremidad se me-cen las encorvadas frondas embellecidas con enormes racimos de cocos que no pesarán menosde cien libras. Un extraño monumento colocado al pié de uno de esos árboles vino atrayendo desdelejos toda mi atención: presentaba el aspect


América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . s. Merced á la frescura de las aguas reaparecen allí los arbustos y las flores, interrumpiendola aridez del paisaje. En las vertientes más próximas al rio, algunos grupos de cocoterosyerguen sus robustos y arrugados troncos de un color gris claro, en cuya extremidad se me-cen las encorvadas frondas embellecidas con enormes racimos de cocos que no pesarán menosde cien libras. Un extraño monumento colocado al pié de uno de esos árboles vino atrayendo desdelejos toda mi atención: presentaba el aspecto de una torre almenada y tenia todas las trazas un 66o AMÉRICA PINTORESCA de una construcción humana en ruinas. Me acerqué lleno de interés y vi que Esta fortificación singular no estaba habitada. Tal vez la plaza se vio constreñida á ren-dirse después de un furioso asalto, pues sabido es que en las luchas entre hormigas, nuncala hueste vencedora se instala en la plaza conquistada. Después de tomar un croquis del hor-miguero, volvimos á emprender la Iglesia del convenio de Sanio Domingo, en Ibagué Mientras seguimos la margen del rio Opia encontramos árboles, como sauzgatillos, laurí-neas, jacarándias, y crotones, sobre los cuales se contaban á miríadas las cigarras que ensor-decían el aire con su canto parecido á un concierto de carracas. Al separarnos del rio reapa-reció la sabana abrasada, que ya no había de abandonarnos hasta Piedras, á cuyo punto lle-gamos á las cuatro y medía de la tarde. Piedras debe su nombre al gran número de las que alfombran su territorio. La altura delpueblo, según mis cálculos, es de trescientos setenta y ocho metros. Su suelo es árido y estácubierto de yerba rasa, y entre los guijarros se encuentran las moles de traquita arrojadasallí por las erupciones del Tolima. Al pié de la población pasa el río Opia, de cuyas aguas sesirven los habitantes del lugar, los cuales han de ir á bus


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