. Anales. a,entre los mayas, el Tutiil Xiuh, y efectivamente es otro nombre del ár-l)ol referido en aijuel idioma yaxché, «el árl)ol ])or excelencia,» «el árboloriginal, jirimero,» el mismo, en fin, que el autor del Isagoge Históricodescribe diciendo que «era un árbol que en mitad de la siesta, por másque ardiese el sol, daba ima sombra muy fresca con im rocío delga-dot|uc ídegraba el corazón.» - Por otra parte, la idea decste árljolydesu función no era, según la tradición maya, de origen nctamenta ameri-cano, sino (|ue como los cuíitro hombres fun(huU)res de la raza toltecallamados Tutul Xiuh


. Anales. a,entre los mayas, el Tutiil Xiuh, y efectivamente es otro nombre del ár-l)ol referido en aijuel idioma yaxché, «el árl)ol ])or excelencia,» «el árboloriginal, jirimero,» el mismo, en fin, que el autor del Isagoge Históricodescribe diciendo que «era un árbol que en mitad de la siesta, por másque ardiese el sol, daba ima sombra muy fresca con im rocío delga-dot|uc ídegraba el corazón.» - Por otra parte, la idea decste árljolydesu función no era, según la tradición maya, de origen nctamenta ameri-cano, sino (|ue como los cuíitro hombres fun(huU)res de la raza toltecallamados Tutul Xiuh vinieron del otro lado del mar, seguramente sequería decir (|ue eran sacerdotes del culto relacionado con este árboly c|ue lo trajeron déla tierra, de la casa Nonoval «donde está Dios,))á es- 1 Cakchikel de Sta. Lucía Cot^uinalhuapa, Guatemala. Lib. inéditoen posesión del rrof, I>r. Otto Sttoll, Zuricli; copia en la del autor. 2 Madrid, ItSUl., pp. 402, FlG 2. líl. 48 te continente para introducirlo en su nueva jjatria el Tulan «de la salidadel sol.» Pero si era éste el lugar donde tomaron su origen las tribusamericanas primitivas y ésta la religión á cuya sombra se desarrolla-ron, entonces era perfectamente natural asociar su tierra natal Ta-moanchan, como lo hacían con el árbol original ó de la vida; por con-sigTiiente, este simbolismo es una ]3rueba más de C[ue efectivamente es-te Tamoanchan \- el Tulan «de la salida del sol» son idénticos: tan his-tórico el uno como el otro. Hemos llamado natural que los americanos antiguos simbolizaranel Tamoanchan, la tierra natal común, por medio del árbol primerooriginal Chichihualquauitl; entonces, para ser consecuentes, deben ha-berse considerado ellos mismos tanto hijos del uno como del otro. Yasí sucede efectivamente. De los Tolteca nos dicen Sahagún é Ixtlilxo-chitl, que su nombre verdadero había sidoChichimeca, yquedetal nom-bre se pr


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