. Isabel la Católica; ó, El corazón de una reina, novela histórica; ilustraciones de L. Labarta. CAPITULO XX Los planes de Leonor. A casualidad favorecÃ-a a Leonor en sus pla-nes. Porque sus planes eran los que se sabránmuy pronto. El amor de Teresa a Paredes, que ella no sospechabasiquiera, facilitaba la realización de sus proyectos. Como obraba a impulsos del interés y de sus deseosde venganza, nunca la amiga más cariñosa mostróse tancomplaciente y compasiva para con aquella pasión quedescubrÃ-a, aun siendo para ella una contrariedad en elfondo, que otra mujer, precisamente la pre
. Isabel la Católica; ó, El corazón de una reina, novela histórica; ilustraciones de L. Labarta. CAPITULO XX Los planes de Leonor. A casualidad favorecÃ-a a Leonor en sus pla-nes. Porque sus planes eran los que se sabránmuy pronto. El amor de Teresa a Paredes, que ella no sospechabasiquiera, facilitaba la realización de sus proyectos. Como obraba a impulsos del interés y de sus deseosde venganza, nunca la amiga más cariñosa mostróse tancomplaciente y compasiva para con aquella pasión quedescubrÃ-a, aun siendo para ella una contrariedad en elfondo, que otra mujer, precisamente la preferida por él,amase al hombre a quien habÃ-a intentado inútilmente ha-cer suyo. La venganza consistÃ-a precisamente en proteger aque-llos amores hasta llevarlos a la realización; a ello estabaresuelta; pero asÃ- y todo le contrariaba, porque no siem- ISABEL LA CATÃLICA 555 pre lo que favorece nuestros planes está de acuerdo con nuestros sentimientos. Dominando, pues, su despecho, y entregándose sólo al gozo de ver cómo la casualidad se convertÃ-a encómplice de la infamia que tramaba, colmó a la joven de caricias, diciÃ
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