La Mujer . archarse, nosin precauciones, pues son peligro-sos para él los furores de doña Pe-tronila, la que, cuando se descuida, learaña impunemente. Mi buen amigo podría ser conta-do con mas razón, quizá, que otrosque lo son, en el santoral, con ladenominación de y mártir. Mártir inconsolable, porque ni en susdos hijas encuentra el consuelo á que, comopadre tendría derecho, porque é Pero mejor será dejar su presentaciónpara otro día AUGUSTO LOREDO. INTERVENCION Le ha tocado al Entre-RíosEl tener revolución;Otra farsa como aquellaQue en Catamarca estallóPretextando situacione
La Mujer . archarse, nosin precauciones, pues son peligro-sos para él los furores de doña Pe-tronila, la que, cuando se descuida, learaña impunemente. Mi buen amigo podría ser conta-do con mas razón, quizá, que otrosque lo son, en el santoral, con ladenominación de y mártir. Mártir inconsolable, porque ni en susdos hijas encuentra el consuelo á que, comopadre tendría derecho, porque é Pero mejor será dejar su presentaciónpara otro día AUGUSTO LOREDO. INTERVENCION Le ha tocado al Entre-RíosEl tener revolución;Otra farsa como aquellaQue en Catamarca estallóPretextando situaciones?Que van de mal en peor, Y que no son si no:—QuítatePara que me ponga é apostamos á que el golpeSe dió por la intervención Y que va don MarianoDe Vedia de interventor?Justo, quién mejor que elPodrá arreglar la funciónAl paladar de don Sabas Y al colmillo de Carbó Y sobre todo que el hombreLe tomó gusto al turrónCuando lo de Buenos Aires, Y hay que hartarlo; si, señ Fin de a Temporada en Mar del Plata ALBUM-REVIST/V «LA MUJER.
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