La Mujer . dos, ni con disfraces fuera de carna-va? ¿Para qué todo ese aparato de mesasinscriptoras y me-as receptoras y padro-nes y urnas y fuerza pública y gastar enlos dispuestos, si el amasijo se hace antes?- Bastaría que se juntaran unos cuantosgefes de menor cuantía, como Igarzabal yMorel; se computaran las recomendacio-nes de los taitas y aunq^ie los candidatosfueran pólvora chingada, se les nombraríaen nombre del pueblo soberano sin mas-dimes ni diretes. Nada; derecho y parejo, y á la que -tecriaste, que por eso se tiene la sartén porel mango. ¿No les gusta la formula? Pues no es oira
La Mujer . dos, ni con disfraces fuera de carna-va? ¿Para qué todo ese aparato de mesasinscriptoras y me-as receptoras y padro-nes y urnas y fuerza pública y gastar enlos dispuestos, si el amasijo se hace antes?- Bastaría que se juntaran unos cuantosgefes de menor cuantía, como Igarzabal yMorel; se computaran las recomendacio-nes de los taitas y aunq^ie los candidatosfueran pólvora chingada, se les nombraríaen nombre del pueblo soberano sin mas-dimes ni diretes. Nada; derecho y parejo, y á la que -tecriaste, que por eso se tiene la sartén porel mango. ¿No les gusta la formula? Pues no es oira la que hoy usan losque disponen de la túnica de Cristo, sola-mente que Ir. nuestra iría desnuda de es-crúpulos como le gustaba al memorablepadre Castañeda, cuyas verdades del año20 tanta falta nos hace repetirlas en estefin de siglo en que la mentira electoralse ha perfeccionado de tal manera queraya en la quinta esencia. ^ i Cuestión de economía y de vergüenza MARMITÓN. ECOS DEL CARNAVAL. > ? jatt. Vista del palco de la Comisión del Corso de la Calle Belgrano, en el momento de pasar las con par aj que fueron premiadas. ALBUM-REVISTA «LA MUJER*
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