. España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . adas escamas que se desliza abandonando el ma-torral incendiado donde tenía su guarida. Marchaba yo comouno de tantos, y mi amigo el coronel francés M. Saintyon, quede orden de su Gobierno seguía al cuartel general, me tocó enel hombro señalándome un objeto á corta distancia de la pobla-ción que ardía: era el contorno de una mujer inmóvil, erecta,plantada como una estatua. —¿Qué le parece á me pregun-tó.—Me recuerda, le respondí, á la mujer de Lot frente á So-doma.—Y el noble extranjero me replicó: Ese es el cuadro;pero de verdad


. España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . adas escamas que se desliza abandonando el ma-torral incendiado donde tenía su guarida. Marchaba yo comouno de tantos, y mi amigo el coronel francés M. Saintyon, quede orden de su Gobierno seguía al cuartel general, me tocó enel hombro señalándome un objeto á corta distancia de la pobla-ción que ardía: era el contorno de una mujer inmóvil, erecta,plantada como una estatua. —¿Qué le parece á me pregun-tó.—Me recuerda, le respondí, á la mujer de Lot frente á So-doma.—Y el noble extranjero me replicó: Ese es el cuadro;pero de verdad que Sodoma tenía mayor culpa. — Luego conti-nuamos marchando en la fila, porque éramos anillos de aquellagran serpiente que se deslizaba.» Eran necesarios todos los grandes servicios que había pres-tado Mina guerrillero á la santa causa de la Independencia na-cional, para que la historia contemporánea no haya execrado elnombre de Mina general en Jefe ante un acto de tan injusta,bárbara é impolítica crueldad. CAPITULO XVI. San Miguel in excelsis: la leyenda de donTheodosio Goñi; el templo; el retablode esmalte.— La Borunda: la ermitade San Pedro; la contienda de Alsasuay Urdiain; las romerías. T^C ay un santuario que por la*^w£ providencial consagraciónque obtuvo de la Edad-media na-varra, subsiste en una de las másaltas cumbres de la cordillera queparte términos con la provincia deGuipúzcoa, como olvidado por lasdestructoras huestes que en nues-tras pasadas guerras dinásticas,desde la muerte de Fernando VIIacá, han asolado los fértiles vallesde la Borunda (i). (i) Escribimos indistintamente Borunda y Burunda, siguiendo, ya el uso po-pular, ya el de los modernos escritores navarros. 1$6 NAVARRA Cuatro artistas amigos,—dos de ellos profesores de las ar-tes plásticas, arquitectura y pintura, y otros dos escritores,—se reunían en Pamplona en un delicioso día pardo del mes deAgosto de 1865 para ir á visitar el santuario de San


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