La literatura española; resumen de historia crítica . LaDesdicha de la Voz: Aquella guitarracon que divertirte a tisuelen, Leonor, tus Imprímense los romances, según ya se ha dicho, en pliegos sueltos,como los muchos que compró D. Fernando Colón en la feria de Medinadel Campo (1524), y desde 1550 se coleccionan en Romanceros. Tanto secantan y recitan, que sus frases más salientes se hacen tópicos de la con-versación familiar; como todo el mundo los sabe, todo el mundo puede sos-tener un diálogo con versos cogidos de éste o del otro romance. A los ro-mances semipopulares, de que ya s
La literatura española; resumen de historia crítica . LaDesdicha de la Voz: Aquella guitarracon que divertirte a tisuelen, Leonor, tus Imprímense los romances, según ya se ha dicho, en pliegos sueltos,como los muchos que compró D. Fernando Colón en la feria de Medinadel Campo (1524), y desde 1550 se coleccionan en Romanceros. Tanto secantan y recitan, que sus frases más salientes se hacen tópicos de la con-versación familiar; como todo el mundo los sabe, todo el mundo puede sos-tener un diálogo con versos cogidos de éste o del otro romance. A los ro-mances semipopulares, de que ya se ha hecho mención (Tomo I, XI, 123, B),siguen los romances eruditos, compuestos por poetas como Alonso de Fuen- 63 SALCEDO. - LA LITERATURA ESPAÑOLA - TOMO II tes y Lorenzo de Sepúlveda, que los sacan de las crónicas, y a fines delsiglo XVI los romances artísticos, obra de los mayores poetas que inventanel argumento y procuran remedar en la forma el lenguaje arcaico. El LIBROS DEL SIGLO XV 5tt(l«sfse)omítte:í rattimí«6ícíiim tm. Gramática castellana. Burgos, 1498. - Grabado de la última hoja. 64 DE NUESTRA LITERATURA EN EL SIGLO DE ORO Romancero general, publicado en 1600, no contiene más que romancesartísticos. El arqueólogo lamenta esta transformación; pero en literatura,como en todo, no hay más remedio que renovarse o morir, y el público,para quien el manoseo continuado había hecho hasta cómicos o burlescoslos más serios de los antiguos romances, encántase con la renovación delos temas viejos por los poetas del Siglo de oro, y oye con deleite composi-ciones como ésta: ¡Al arma, al arma!, sonabanLos pífanos y tambores:¡Guerra, fuego, sangre!, dicenSus espantosos Cid apuesta su gente,Todos se ponen en llorosa y humildeLe dice Jimena Gómez: — Rey de mi alma y desta tierra conde,¿Por qué me dejas? ¿Dónde vas? ¿Adonde?* Que si eres Marte en la Apolo en la matas bellas
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