La literatura española; resumen de historia crítica . Vega, elniño mimado del público, a un autor que escribía tan poco para tiemposen que la fecundidad era casi la primera condición de la fama, y que nun-ca logró en el teatro un éxito extraordinario, aunque mereciese muchos?Algo debía de haber en el carácter o condición de Alarcón que explicasebien aquella inquina tan unánime y perseverante. Alarcón es el menos fecundo de los autores del Siglo de oro, y tam-bién el que menos se parece a los otros. Tirso había ya escrito comediasde carácter; pero las de este género que hizo Alarcón, y en las q
La literatura española; resumen de historia crítica . Vega, elniño mimado del público, a un autor que escribía tan poco para tiemposen que la fecundidad era casi la primera condición de la fama, y que nun-ca logró en el teatro un éxito extraordinario, aunque mereciese muchos?Algo debía de haber en el carácter o condición de Alarcón que explicasebien aquella inquina tan unánime y perseverante. Alarcón es el menos fecundo de los autores del Siglo de oro, y tam-bién el que menos se parece a los otros. Tirso había ya escrito comediasde carácter; pero las de este género que hizo Alarcón, y en las que radicatoda su fuerza — ya que sus dramas, como El Tejedor de Segovia, valenpoco, aunque lo elogie Menéndez Pelayo en concepto de novela dramá-tica —, son de otro género. Nuestro poeta no se aproxima, ni de lejos, alos grandes caracteres humanos estilo Shakespeare, en que Tirso hizo ma-ravillas, como el Don Juan; los suyos son más bien tipos sociales, gentes 362 XVI. - LOS DRAMÁTICOS DEL SIGLO DE ORO LIBROS DEL SIGLO XVI. Castillejo. — Diálogo de las mujeres, 1546. — Portada. 363 SALCEDO. LA LITERATURA ESPAÑOLA. - TOMO II vulgares, como el Don García, de La verdad sospechosa, adornados debuenas prendas, que afea y desconcierta algún defecto; en el caso citado,el de mentir por mentir. Será en vano buscar en los caracteres o tipos deAlarcón grandeza épica ni nada que por resumir la humanidad, sea, comodijo Víctor Hugo, sobrehumano. Sus hombres son los hombres con que noscodeamos diariamente; sus defectos, los corrientes. Alarcón los presenta enescena, no para que subyuguen y anonaden a la multitud con sus propor-ciones morales, en el bien o en el mal extraordinarias, no para que haganpensar a los reflexivos ni soñar a los imaginativos, sino para deducir inge-niosamente una lección de conducta. Cada una de sus comedias lleva den-tro una de estas lecciones: en Todo es ventura alienta contra la mala fortu-na; en La industria y la suerte e
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