. Isabel la Católica; ó, El corazón de una reina, novela histórica; ilustraciones de L. Labarta. ¿Qué más pedÃ-s? âQue doña Juana me brinde pronta ocasión de perso-nalmente ofrecerle mis respetos. â¿Una entrevista con ella? âEso es. âContadla también por concedida. âDe esa entrevista puede resultar algo beneficioso pa-ra todos. âAsÃ- lo espero. âSólo me falta ya haceros una advertencia. â¿Cual? âQue si en mis pretensiones no soy atendido, com©creo puede volver á mi memoria lo que anteshe prometido olvidar. âNo habrá motivo para que lo recordéis. No necesitaron habla
. Isabel la Católica; ó, El corazón de una reina, novela histórica; ilustraciones de L. Labarta. ¿Qué más pedÃ-s? âQue doña Juana me brinde pronta ocasión de perso-nalmente ofrecerle mis respetos. â¿Una entrevista con ella? âEso es. âContadla también por concedida. âDe esa entrevista puede resultar algo beneficioso pa-ra todos. âAsÃ- lo espero. âSólo me falta ya haceros una advertencia. â¿Cual? âQue si en mis pretensiones no soy atendido, com©creo puede volver á mi memoria lo que anteshe prometido olvidar. âNo habrá motivo para que lo recordéis. No necesitaron hablar más para ponerse de hombres como ellos holgaban las explicaciones. â Mi palacio honrad descansando en él algunas horas,âdijo Pacheco levantándose,âmientras órdenes doy pa-ra que vuestro viaje se disponga. Y acercándose á una puerta exclamó: â¡Hola! Presentóse un paje. - ^ ^ is 138 A. 0ONTRBRA8 âEste caballero conduce á la cámara que le ha sidopreparada,âdÃ-jole D. Juan. D. Pedro saludó con una profunda reverencia y salióde la
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