. Anales. u verde esmeralda no se árboles sus hojas no cu/fu/ízcaí/alegre sus gorjeos (45)No viene á hacer oír, ni la builota (46)Gime en ácaí/cimbrada por el viento, (47)Sino que aciago y triste llega un día; (48)Del frígido Mictlampa se alzan nubes (49)Precursoras de recias tempestades;Los vientos con furor soplan y zumban;El Tlalocan se cubre de tiniebla;Los aricóles doblegan su alta copa;Las aves hu^-en del espeso bosqueEn alas del terror más que en las su3as:Desde lo alto del cielo pavoroso,Desciende un dios con cauda de culebra,De plumas mil vistosas adornada;Su di


. Anales. u verde esmeralda no se árboles sus hojas no cu/fu/ízcaí/alegre sus gorjeos (45)No viene á hacer oír, ni la builota (46)Gime en ácaí/cimbrada por el viento, (47)Sino que aciago y triste llega un día; (48)Del frígido Mictlampa se alzan nubes (49)Precursoras de recias tempestades;Los vientos con furor soplan y zumban;El Tlalocan se cubre de tiniebla;Los aricóles doblegan su alta copa;Las aves hu^-en del espeso bosqueEn alas del terror más que en las su3as:Desde lo alto del cielo pavoroso,Desciende un dios con cauda de culebra,De plumas mil vistosas adornada;Su diestra mano un báculo sostiene,Y la siniestra empuña de quetzalliPlumero verde, olímpica divisa;Es Quetzalcóatl, el numen de los vientos: (50)Con voz de trueno que el espacio llena,Implacable maldice á los humanos 70 Y á perecer condénalos terrible:Ebécatl. su ministro, presuroso (51)El mandato fatal luego obedece, Y al violento Huracán y al Cierzo heladoSobre la tierra con furor empuja:. Destituidas las ciudades y los las cavernas se guarece el hombre,Pero se encuentra con hambrientas fieras,Y entre sus garras con terror perece:El océlotl feroz, innumerables (52)Víctimas hace de la especie raros hombres que salvarse logranVagando por los campos y los montes,En ozomatli (monas) se convierten. (53)Feliz una pareja en su cavernaSalvarse pudo, y fiíé la destinadaPor el Creador para poblar el úh, tal es el nombre (54-)Que azorados le dieron los nahoasAl cataclismo con que plugo al CieloDel hombre castigar la vida insana. VIII. Vuelven los hombres á poblar la tierra Y ésta á brindar sus flores y sus frutos;La nueva humanidad goza de lleno De los placeres que la vida ofrece; Y pasa el tiempo, y se amontonan siglos, Y no haj memoria del dolor pasado. (55)Empero el dios cjue rige á los el Teteocan su mirada fija Sobre la tierra, v otra vez resuelve 71 Que el hombre muera y ajjurar el mundo, Xiubtecútletl


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