América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . do pálido. No obstante, no siempre es igualeste matiz, conociéndose varias especies de carate. Para su tratamiento y curación están indi- VIAJE Á LA AMÉRICA EQUINOCCIAL 569 cados los compuestos mercuriales; es sabido ya que tratándose del mercurio á veces resulta elremedio peor que la enfermedad. Avila nos acogió con no menos solicitud que su mujer. Depositó en el suelo la pala, aperopara el cultivo de los cafetales, y el barretón, que se usa para hundir las estacas con que seforman los cotos dond


América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . do pálido. No obstante, no siempre es igualeste matiz, conociéndose varias especies de carate. Para su tratamiento y curación están indi- VIAJE Á LA AMÉRICA EQUINOCCIAL 569 cados los compuestos mercuriales; es sabido ya que tratándose del mercurio á veces resulta elremedio peor que la enfermedad. Avila nos acogió con no menos solicitud que su mujer. Depositó en el suelo la pala, aperopara el cultivo de los cafetales, y el barretón, que se usa para hundir las estacas con que seforman los cotos donde se guarda el ganado, y sentándose con gravedad sobre un pequeñoasiento de madera forrado de cuero de buey, del cual, por ser muy curioso, tomé un dibujo,trabó conversación con nosotros. No habia anochecido aún, por lo que, en espera de la cena, nos quedó tiempo de ir ama-tar algunos pájaros, pasando á enriquecer mis colecciones de aquella hecha un halcón garra-patero macho y adulto (Asíuiina nítida). 0,10 ,- o, 2Í.—» i so^.^... -. Herramientas y silla en Cumaral. Empezábamos á sentirnos fatigados. Entre la tavena, el tasajo, las yucas y una variedad de plátanos propia de aquella comarca, llamada arton, sazonado todo con una buena dosis de pimiento, figuraba en la cena, y constituía su elemento principal, un plato de resistencia, co- , nocido en los Llanos por ajiaco. I La señora, que se mostraba cada vez más solícita y afectuosa, nos hizo el inventario de I : sus riquezas, consistentes en dos estampas de Epinal clavadas en la pared con alfileres, un fusil herrumbroso, que sin duda se acordaba de la Conquista, y lo que valia más que todo esto, sus hamacas de red, formadas con dos distintas especies de cordel, hecho con fibra de palmera. Al vernos comer naranjas de un magnífico árbol plantado junto á la puerta de la cabana, nos dijo:^. —Cuidado, señores: no olviden Vds. el proverbio sobre la naranja; aquí en los Llanos se dice que por


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