América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . nunca á las llanuras; viven aislados con el producto de la caza y pesca yno sostienen relación alguna con los habitantes de las dos zonas precedentes. Constituyen losverdaderos descendientes de la raza indígena de estas comarcas, y la sierra es su única misteriosa, tierra aún desconocida, solamente adivinada por algunos viajeros que lahan vislumbrado desde los elevados picos de la Cordillera y que reserva sin duda grandessorpresas á sus futuros exploradores. Hacia las fuentes de esos
América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . nunca á las llanuras; viven aislados con el producto de la caza y pesca yno sostienen relación alguna con los habitantes de las dos zonas precedentes. Constituyen losverdaderos descendientes de la raza indígena de estas comarcas, y la sierra es su única misteriosa, tierra aún desconocida, solamente adivinada por algunos viajeros que lahan vislumbrado desde los elevados picos de la Cordillera y que reserva sin duda grandessorpresas á sus futuros exploradores. Hacia las fuentes de esos rios encajonados en profun-dos surcos abiertos por el súbito desagüe de los lagos subandinos, ¡cuántos ricos filones deoro y platino no están llamando á los mineros emprendedores! Desde la cúspide del cerro deSotomayor, á dos mil seiscientos diez metros de altura total, ó desde la cima de los picos deMallama, tendiendo la mirada sobre el océano de montañas y precipicios que se amontonanhacia el Oeste, se abarca un panorama sin rival en las convulsiones de la naturaleza, que. VIAJE Á LA AMÉRICA EQUINOCCIAL 797 constituye además el campo más fecundo en descubrimientos que el naturalista puede ima-ginar. El que se atreva á recorrer las orillas de los rios Telembi, Zambi, Magüi, Puisbi, SanPablo, Cuaiquer, Güelembi y otros muchos á cual más impetuoso, é introducirse en los sen-deros casi intransitables, ha de ver muy pronto recompensadas sus fatigas ante la presen-cia de multitud de pájaros extraños, insectos nuevos y plantas desconocidas. La vegetaciónal influjo de la humedad persistente, del calor ecuatorial y de los depósitos de aluvión ar-rancados de las cumbres, reviste una pompa extraordinaria. Los árboles gigantescos estáncubiertos de arriba abajo de enredaderas yrevestidos de una capa de parasitarias in-comparables, aróideas, bromeliáceas, melas- tomáceas, orquídeas, heléchos, selagínelos,ericáceas, peperáceas, solandras etc.; las
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