América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . aguja de segundos de un cronómetro. Cuando cae el segundoflotador, dice en alta voz unOy y el segundo operador cuenta los segundos hasta que su compa- DE ARCHIDONA Á LOS RÍOS COCA Y ÑAPO 49 ñero le detiene gritando stop en el momento en que el tercer flotador, al caer al agua, indicaque la embarcación ha recorrido cincuenta metros. En virtud de este procedimiento se conoce el tiempo necesario para recorrer dicha dis-tancia. He formado una tabla de factores que marca el camino recorrido en una marc


América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . aguja de segundos de un cronómetro. Cuando cae el segundoflotador, dice en alta voz unOy y el segundo operador cuenta los segundos hasta que su compa- DE ARCHIDONA Á LOS RÍOS COCA Y ÑAPO 49 ñero le detiene gritando stop en el momento en que el tercer flotador, al caer al agua, indicaque la embarcación ha recorrido cincuenta metros. En virtud de este procedimiento se conoce el tiempo necesario para recorrer dicha dis-tancia. He formado una tabla de factores que marca el camino recorrido en una marcha dediez á treinta minutos para todas las velocidades desde uno á cuarenta metros por íamos simplemente x segundos, lo cual nos permitía encontrar en esta tabla la distanciacalculada de antemano, teniendo en cuenta el número de minutos trascurridos entre dos ob-servaciones sucesivas. Este medio de acción da el camino con gran exactitud, porque la corredera en cuestióncrea un punto fijo, no sometido á la acción de la corriente. Sin embargo, si el peso de la balsa. Indios sunos cruzando el Ñapo en piragua era suficiente para que la operación de recoger esta corredera no influyese en nada en la mar-cha de la embarcación, era de prever que no sucedería lo propio con una pequeña piragua,cuya rapidez varía con suma facilidad. Para evitar en lo posible toda probabilidad de error,mandé arreglar un centenar de correderas (que consideré como con-cderas perdidas), las cualestenian en vez de cuerda un bejuco fino, y en lugar de plomo un saquito lleno de el segundo flotador hasta la punta del bejuco, el número de metros estaba claramentedeterminado. Gritábase siop cuando el bejuco, enteramente desenrollado, se escapaba de lamano del observador. Sin influir en nada en la rapidez de nuestra embarcación, creé con este procedimiento unpunto fijo y medí el camino recorrido. Para averiguar la anchura de las corrientes, cuando no nos fué p


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