España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . cutó, y sobreponiéndose á los ultrajesdel tiempo y de los hombres, transmitir íntegra la brillante ideaá la posteridad? ¿Por qué no ha de contemplar aquel claustro,no ya como ahora ajado y abatido, sino lozano y encantador enlos risueños días de su juventud, cuando el encaje de sus cala-dos se dibujaba por doquiera sobre los pardos muros de enfren-te ó sobre el claro azul del firmamento, cuando los rayos delsol penetrando en el corredor reproducían con la sombra suslabores, tapizando el suelo con una móvil y riquísima alfombra?Al recor


España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . cutó, y sobreponiéndose á los ultrajesdel tiempo y de los hombres, transmitir íntegra la brillante ideaá la posteridad? ¿Por qué no ha de contemplar aquel claustro,no ya como ahora ajado y abatido, sino lozano y encantador enlos risueños días de su juventud, cuando el encaje de sus cala-dos se dibujaba por doquiera sobre los pardos muros de enfren-te ó sobre el claro azul del firmamento, cuando los rayos delsol penetrando en el corredor reproducían con la sombra suslabores, tapizando el suelo con una móvil y riquísima alfombra?Al recordar su fecha de principios del siglo xvi, diríase que eraaquello una galería donde un apasionado había reunido en suinagotable variedad los arabescos y dibujos del moribundo gó-tico para admiración y estudio de los venideros. Mágico y aéreotemplete creado por mano de un genio para un encantado pala-cio en torno de florido vergel, delicada belleza y en demasíafrágil ¿debías sólo aparecer para hacernos llorar tu prematurasenectud ?. CAPITULO XV Monasterio de Veruela


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