América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . ve en ellos, aménde mucho polvo y no pocos barros, grandes montones de inmundicia. El paseo favorito de los hijos de la ciudad es el Altozano ó terraplén de la Catedral, alcual se sube por algunas gradas que parten de la Plaza de la Independencia, y como quiera VIAJE Á LA AMÉRICA EQUINOCCIAL 533 que el espacio es sumamente limitado, los paseantes se ven obligados á volver continuamentesobre sus pasos, envueltos casi siempre en una holgada capa á la española y la cabeza cu-bierta con sombrero de co
América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . ve en ellos, aménde mucho polvo y no pocos barros, grandes montones de inmundicia. El paseo favorito de los hijos de la ciudad es el Altozano ó terraplén de la Catedral, alcual se sube por algunas gradas que parten de la Plaza de la Independencia, y como quiera VIAJE Á LA AMÉRICA EQUINOCCIAL 533 que el espacio es sumamente limitado, los paseantes se ven obligados á volver continuamentesobre sus pasos, envueltos casi siempre en una holgada capa á la española y la cabeza cu-bierta con sombrero de copa. Los ociosos se dan cita también en la calle Real; pero allívan, más bien que á paseo, á echar un párrafo en la puerta de las tiendas. El tipo de las casas de Bogotá difiere, según estén destinadas á almacén con puerta abier-ta á la calle, ó á vivienda (casa claustrada, como dicen ellos). En el primer caso, las fachadas se parecen mucho á las de Europa, aunque los materialesde construcción son muy distintos, pues en Bogotá se emplea raras veces la piedra, siendo la. El boquerón áe Chipaque mayoría de las paredes de tapia (tierra apisonada), los armazones de madera sin labrar y elexterior blanqueado con frecuencia. En las calles más pobres sustituyen á las tiendas misera-bles tugurios húmedos é infectos, con el plan terreno más bajo que el nivel de la calle. Nadamás triste que esos tabucos. En cuanto á las casas claustradas ya es distinto, pues la casa claustrada es hija legítimade la antigua vivienda española. En Bogotá el portero es un ser completamente desconocido. Entrase en las casas sinnecesidad de llamar y se recorren las habitaciones hasta dar con alguien, lo cual es ocasio-nado á que el visitante sorprenda más de una vez detalles íntimos que le cohiben y vais de visita os acompañan á la sala; la señora de la casa y sus compañeras,—dado que lastenga,—sus hijas ó sus hermanas, su madre ó sus amigas de conf
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