Revista contemporánea . tán saborean-do las delicias de la anhelada reconciliación, quees, por fin, un hecho, según parece. ¿Durará mu-cho? Para deducirlo aproximadamente es indis-pensable precisar los términos del arreglo. Pero he ahí ca-balmente la más grave dificultad del empeño: ¿en qué consistela transacción? No se sabe. Hay quien dice que los izquier-distas se quedan con los principios y los constitucionales conlos destinos. Puede ser. De cualquier manera, lo que noofrece duda es que se ha buscado un modus vivendi, más bienque una solución definitiva. Verdad que ésta ha entrado enla cat


Revista contemporánea . tán saborean-do las delicias de la anhelada reconciliación, quees, por fin, un hecho, según parece. ¿Durará mu-cho? Para deducirlo aproximadamente es indis-pensable precisar los términos del arreglo. Pero he ahí ca-balmente la más grave dificultad del empeño: ¿en qué consistela transacción? No se sabe. Hay quien dice que los izquier-distas se quedan con los principios y los constitucionales conlos destinos. Puede ser. De cualquier manera, lo que noofrece duda es que se ha buscado un modus vivendi, más bienque una solución definitiva. Verdad que ésta ha entrado enla categoría de lo imposible desde el momento que entre elprograma de los unos y el de los otros existen diferenciastan esenciales como las que se derivan de proclamar los ami-gos del Duque de la Torre la revisión constitucional porbase de su credo, y declararse partidarios de la Constituciónde 1876 los amigos del Sr. Sagasta. No hablemos del sufra-gio universal, que aquéllos también invocan y rechazan és-. CRÓNICA POLÍTICA 367 tos, porque, en cuanto á tal reforma, quizá fuera más ac-cesible un avenimiento, una vez averiguado que ya se ex-tienda, ya se restrinja el derecho electoral, el Gobierno ganasiempre las elecciones en este país, donde la política va sien-do oficio de unos pocos y espectáculo más ó menos divertidopara los más. A nadie, empezando por la primera representación del po-der, á nadie absolutamente, alto ni bajo, obcecado ó perspi-cuo, se oculta el grave peligro de declarar á las Cortes posee-doras únicas del ejercicio de la soberanía. Si ésta fuese unaverdad en la práctica, cuantos de monárquicos nos precia-mos, conociendo como conocemos el espíritu dominante en-tre nosotros, no abrigaríamos ni sombra de recelo por lasuerte de la monarquía en España. Está aquí demasiadoarraigado el sentimiento que ha unido al trono y al puebloen íntimo consorcio por espacio de muchos siglos y á travésde grandes epopeyas, para que sea


Size: 1586px × 1575px
Photo credit: © The Reading Room / Alamy / Afripics
License: Licensed
Model Released: No

Keywords: ., bookcentury1800, bookdecade1870, booksubjectperiodi, bookyear1875