España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . milia del Campeador, pero no queallí estuviera el solar de la casa de que descendía. Dicho contrato de arras fiué pu-blicado por Fray Prudencio de Sandoval y otros escritores, entre quienes figuradon Manuel Malo de Molina. B U R íj o S n quinas casas que en las ondulaciones del terreno ofrece Vi-var del Cid, cuyossencillos habitantes,ocupados en las agrí-colas faenas de la tri-lla, no muestran pun-to alguno de semejan-za con los mesnade-ros de Diego Laínezni con los vasallos deRodrigo. La decep-ción es grande: á laderecha, la iglesiapa


España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . milia del Campeador, pero no queallí estuviera el solar de la casa de que descendía. Dicho contrato de arras fiué pu-blicado por Fray Prudencio de Sandoval y otros escritores, entre quienes figuradon Manuel Malo de Molina. B U R íj o S n quinas casas que en las ondulaciones del terreno ofrece Vi-var del Cid, cuyossencillos habitantes,ocupados en las agrí-colas faenas de la tri-lla, no muestran pun-to alguno de semejan-za con los mesnade-ros de Diego Laínezni con los vasallos deRodrigo. La decep-ción es grande: á laderecha, la iglesiaparroquial de San Mi-guel, donde se con-servan con un estan-darte de dos colasennoblecido por lasarmas de Austria, al-gunas telas bordadasde épocas anteriores,y cuya fábrica parececorresponde á des-pecho de lo sencillode su estructura , álas postrimerías de laépoca ojival; al fren-te izquierdo y for-mando rinconada,humilde convento,cuya iglesia de lamisma época, apare-ce deformada y pin-tada con toda desdicha en el año de 1879: esto es todo. au ya ai>> Q < U asOZ< < ai 2 O 8[4 BURGOS cuanto en Vivar subsiste de notable; nada que al Cid se re-fiera, ni memoria tampoco de tan insigne personaje, ni rastrode su personalidad en parte Diríase quizá, ante se-mejante espectáculo con el jesuíta Masdeu que el Cid no ha-bía existido (i)! Y sin embargo: parece como que la pers-pectiva árida y monótona de aquel lugar, se trueca al solonombre del Campeador en animado panorama de improvi-so; que aquellos labradores, entregados de lleno en las erasal trabajo de la trilla, se convierten en apuestos donceles,fornidos caballeros, y apercibidos peones; que los cansadosanimales consagrados al laboreo, son otros tantos corcelesde batalla, y que todos esperan el momento en el cual debepresentarse garrido y lozano, juvenil y valiente, el imber-be mancebo que, según la Leyenda de las Mocedades, salíacontradiciendo las órdenes de Diego Laínez á vengar


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