América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . s. Elgusto de esta carne, fresca ó salada, es muy agradable y se parece á la del salmón. Los indiosribereños son excelentes pescadores y manejan con perfección los tres instrumentos de su ofi-cio: la red, el anzuelo y el arpón. Tienen redes de pita ó lica de una vara de ancho por veintede largo, con las cuales pescan tanto de dia como de noche. Su arpón, cjue á menudo es dehierro, va sujeto á la punta de una vara de tres á cuatro metros, en cuyo extremo opuesto tieneuna larga cuerda provista de un


América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . s. Elgusto de esta carne, fresca ó salada, es muy agradable y se parece á la del salmón. Los indiosribereños son excelentes pescadores y manejan con perfección los tres instrumentos de su ofi-cio: la red, el anzuelo y el arpón. Tienen redes de pita ó lica de una vara de ancho por veintede largo, con las cuales pescan tanto de dia como de noche. Su arpón, cjue á menudo es dehierro, va sujeto á la punta de una vara de tres á cuatro metros, en cuyo extremo opuesto tieneuna larga cuerda provista de un flotador de madera de balsa. El pez herido se sumerge, peroel flotador indica la dirección que toma y permite al cazador apoderar-se de la víctima, cansada Ide una fuga inútil. Hay salvajes que no yerran un arponazo. Con el anzuelo, son tan heroica-mente cachazudos como cuakjuier otro pescador de caña. Por la noche, los zaparros de Sinchi-Chicta y los del Curarai que habian acompañado áMiguel Parys hicieron un pequeño simulacro de lucha con jabalina. No reCüerdo haber pre-. Aborígenas del :io Ahuarico (De fotografía) 62 AMÉRICA PINTORESCA senciado un espectáculo más interesante ni tan soberbiamente salvaje. Aquellos hombresdesnudos, flexibles como serpientes, ágiles como monos, dotados de fuerza poco cemun, sonmaestros en los juegos atléticos. Formados en dos líneas de batalla ^uyas alas se acercan,lanzan sus pesados dardos, de puntas no embotadas, con una destreza y una pujanza notables,cruzándose á veces veinte ó treinta en el aire. El indio á quien va disparada la mortífera arma,sigue su trayectoria con la vista, la esquiva en el momento en que va á herirle, coge el proyectilcon certera mano, le da vuelta y lo dispara á su vez á su adversario. Este ejercicio de losesparciatas sud-americanos va acompañado de gritos de entusiasmo ó de cólera. Las mujeres circulan sin temor en torno de los justadores y les presentan copas llenas demasato.


Size: 1299px × 1923px
Photo credit: © The Reading Room / Alamy / Afripics
License: Licensed
Model Released: No

Keywords: ., bookcentury1800, bookdecade1880, bookidamericapinto, bookyear1884