La democracia victoriosa; . No importa que en los jóvenes países haya muchoque criticar, siempre que lo bueno que conservan ylo mejor de que son capaces sea conocido en losEstados Unidos! La prensa suele ser responsable de equivocacionespeligrosas y de errores lamentables. Si damosoportunidad para ser conocidos, eso redundará encomún beneficio. LA SOLIDARIDAD PANAMERICANA Y LAGUERRA MUNDIAL AUN NO EXISTE LA AMISTAD PANAMERICANA LAS revelaciones de la guerra mundial, asom-brando a filósofos y políticos, han creadoorientaciones nuevas para la acción social y lasrelaciones entre lospueblos. Los E
La democracia victoriosa; . No importa que en los jóvenes países haya muchoque criticar, siempre que lo bueno que conservan ylo mejor de que son capaces sea conocido en losEstados Unidos! La prensa suele ser responsable de equivocacionespeligrosas y de errores lamentables. Si damosoportunidad para ser conocidos, eso redundará encomún beneficio. LA SOLIDARIDAD PANAMERICANA Y LAGUERRA MUNDIAL AUN NO EXISTE LA AMISTAD PANAMERICANA LAS revelaciones de la guerra mundial, asom-brando a filósofos y políticos, han creadoorientaciones nuevas para la acción social y lasrelaciones entre lospueblos. Los Estados Uni-dos de América,poderosa e incansa-ble colmena ensor-decida por supropio rumor labo-rante, no pensó,hasta hoy, sino ensu obra interior yno cuidó sino desus asuntos domés-ticos. Verdad esque ésto lo hizobien y a conciencia;pero la gran nacióndel norte, dedicadaal cultivo de susuelo, al progreso de su industria, a la cultura de sus hijos y a la unióny solidaridad de sus Estados, no observó sino con 55. Lincoln, Apóstol de la IgualdadHumana 56 LA DEMOCRACIA VICTORIOSA muy pequeño interés los sucesos que se realizabanmás allá de sus extensas costas y lejos de sus largasfronteras. Algunos de sus inspirados estadistas señalaron laconveniencia de aislar al joven continente americanode las terribles convulsiones que suelen agitar a lospueblos del Viejo Mundo; soñaron en amurallarcon escollos diplomáticos, con obstáculos políticosy, en su caso, con la barrera de escuadras poderosas,las relaciones entre Europa y América, para pre-caver al Nuevo Mundo de aquellas viejas tradicionesy arraigados prejuicios que cual pesados grilleteshan dificultado el vuelo civilizador contemporáneoen los países europeos. ¿Ha conseguido la doctrina Monroe realizaciónefectiva? No. Ni la política ni la diplomacia hanpodido, hasta nuestros días, obtener la unidad ideal,mucho menos aún, sentimental del continenteamericano. La desconfianza permanente de las pequeñasnaci
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