La Mujer . (tradicción) La t erra se v<^ como lejana tromba que escondesu boca en el acuático elemento. Un promontorio de piedra se presenta primero, solitario centinela, Hércules de la mar. Sigue una isladominada por una inmensa montaña de granito. Co-mo estrella polar hay en la cúpula de esa montañaun faro. Seguía el vapor menguando su fuerza, cuandoentramos en la bahía de Santos do Brazil. Era al crepúsculo de la carde y un panorama em-belesador se presentó a mis ojos. A entrambos lados, las feraces campiñas, tras lascuales se veían quebradas y montañas que se per-dían entre pardas y cer


La Mujer . (tradicción) La t erra se v<^ como lejana tromba que escondesu boca en el acuático elemento. Un promontorio de piedra se presenta primero, solitario centinela, Hércules de la mar. Sigue una isladominada por una inmensa montaña de granito. Co-mo estrella polar hay en la cúpula de esa montañaun faro. Seguía el vapor menguando su fuerza, cuandoentramos en la bahía de Santos do Brazil. Era al crepúsculo de la carde y un panorama em-belesador se presentó a mis ojos. A entrambos lados, las feraces campiñas, tras lascuales se veían quebradas y montañas que se per-dían entre pardas y cerúleas nubes. Tres millas antes de Ik gar a Santos, sobre unaroca cóncava, un pequeño fuerte armado de cañonesy defendido por un destacamento de tropa. Poco después fondeamos en la rada y bajamos. Eran las nueve de la noche. Deseando estaba la lu2 del nuevo día para lan-zarme á aquellas inmensas montañas y contemplardesde su cúspide aquel grandioso panorama que yome había forjado. Abr


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