. Isabel la Católica; ó, El corazón de una reina, novela histórica; ilustraciones de L. Labarta. CAPÍTULO XXXUn idilio interrumpido. N Valladolid, al igual que en casi todas laspoblaciones de alguna importancia deaquella época, había un barrio destinadoexclusivamente á los judíos, donde éstosvivían aislados casi por completo de loscristianos, observando sus ritos y costumbres con enteralibertad y amontonando y escondiendo su oro en el inte-rior inexplorado de sus miserables casuchas, Situada la Judería, como llamaban al tal barrio, casi áextramuros de la población, los habitantes de la ciudadi
. Isabel la Católica; ó, El corazón de una reina, novela histórica; ilustraciones de L. Labarta. CAPÍTULO XXXUn idilio interrumpido. N Valladolid, al igual que en casi todas laspoblaciones de alguna importancia deaquella época, había un barrio destinadoexclusivamente á los judíos, donde éstosvivían aislados casi por completo de loscristianos, observando sus ritos y costumbres con enteralibertad y amontonando y escondiendo su oro en el inte-rior inexplorado de sus miserables casuchas, Situada la Judería, como llamaban al tal barrio, casi áextramuros de la población, los habitantes de la ciudadinternábanse en ella, sólo cuando iban á pedir préstamosá la usura de los viejos rabinos, ó cuando á falta de otrasvictimas hacían á éstos objeto de sus burlas y bromas. Contábase respecto á este particular más de una san-grienta aventura, y ello hacía que apenas anochecido to-dos en la Judería se encerraran en sus hogares, sin abrirla puerta á nadie. No había leyes que les ampararan en sus derechos ósi las había nadie cuidábase de hacerlas cumplir. ISABEL L.\ CATÓLICA 221 Perseguir judíos, burlar
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