. Anales de la Sociedad Científica Argentina . En estaclase de reproducción, la generación fisipara ó excisipara, el ser,una vez adulto, se divide en dos (fig. 5-8). ¿Cuál es en este caso la madre, y cuál la hija? Son más bien dosmitades del individuo anterior, una especie de hermanos, que re-ligiosamente han repartidoentre sí la herencia del sergenerador, el cual dejandode existir no desapareció ennada. En esta confusión de lími-tes entre madre é hija, ob-servamos un hecho que to-dos deseamos: la inmorta-lidad. Efectivamente, esosseres que se multiplican pordivisión, son los únicos quellevan


. Anales de la Sociedad Científica Argentina . En estaclase de reproducción, la generación fisipara ó excisipara, el ser,una vez adulto, se divide en dos (fig. 5-8). ¿Cuál es en este caso la madre, y cuál la hija? Son más bien dosmitades del individuo anterior, una especie de hermanos, que re-ligiosamente han repartidoentre sí la herencia del sergenerador, el cual dejandode existir no desapareció ennada. En esta confusión de lími-tes entre madre é hija, ob-servamos un hecho que to-dos deseamos: la inmorta-lidad. Efectivamente, esosseres que se multiplican pordivisión, son los únicos quellevan en sí el sello fisioló-gico de la perpetuidad. Des-pués de dividirse, los vemoscrecer y desarrollarse, y lue-go dividirse de nuevo. Re-presentan una cadena, cuyoseslabones viviesen en eternahermandad, si en verdadexistiera la ; no existe, ni siquierapara esos seres infinitamen-te pequeños. Observamos en ellos sólo la inmortalidad fisiológica,la propiedad de no envejecerse — ¿quién no la deseara? —por.


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