La literatura española; resumen de historia crítica . ina doña Jua-na y a Carlos V contó los ma-ravillosos hechos realizadospor él y su hueste, con un arteque Prescott sólo encuentracomparable al de Julio César. 176. Don Francesi-Ilo de Zúñiga: «Historiaburlesca», — Por último, elreinado de Carlos V ofrécenosen el género histórico una ver-dadera y rarísima curiosidadliteraria: tales son los escritosdel bufón del Emperador, donFrancesillo de Zúñiga. Eraeste compadre un sastre ave-cindado en Béjar, que saliócon el ingenio satírico y des-vergonzado propio para el ofi-cio de truhán o bufón, tan en
La literatura española; resumen de historia crítica . ina doña Jua-na y a Carlos V contó los ma-ravillosos hechos realizadospor él y su hueste, con un arteque Prescott sólo encuentracomparable al de Julio César. 176. Don Francesi-Ilo de Zúñiga: «Historiaburlesca», — Por último, elreinado de Carlos V ofrécenosen el género histórico una ver-dadera y rarísima curiosidadliteraria: tales son los escritosdel bufón del Emperador, donFrancesillo de Zúñiga. Eraeste compadre un sastre ave-cindado en Béjar, que saliócon el ingenio satírico y des-vergonzado propio para el ofi-cio de truhán o bufón, tan enboga en el siglo xvi; enton-ces estos bromistas asalaria-dos eran ornamento indispensable de la casa de un grande. Don Francesilloparece que lució primeramente sus donaires en la servidumbre del Duquede Béjar, y después pasó a la corte, donde ya divirtió ai austero cardenalCisneros, y, por último, a Carlos V, poniendo en ridículo con sus desver-güenzas, no sólo a los magnates, sin exceptuar a las damas, sino al mismo. Hernán Cortés.— Su retrato publicado en 1601. 459 SALCEDO - LA LITERATURA ESPAÑOLA - TOMO II Emperador. Le sucedió lo que suele ocurrir a todos los de su laya: llegóun día que al César no le agradó una de sus bromas (1), y, perdido elfavor, hubo de retirarse a su casa, en la villa de Navarredonda, enrique-cido por las mercedes recibidas; pero un asesino, indudablemente pagadopor alguno de los mortificados por sus sarcasmos, puso fin a su vida hacia1529 o 30. Conservó hasta la muerte el espíritu bufonesco que le habíahecho rico y famoso. Cuando le traían a su casa mortalmente herido, salió su mujer dicien-do a gritos: ¿Qué es esto? ¿Qué es esto? Y D. Francesillo respondió en tonomuy natural: Señora, no es nada, sino que han muerto a vuestro marido. Agonizante ya, otro bufón, Perico de Ayala, que le visitaba, díjole:Hermano don Francés, ruégote por la grande amistad que hemos tenidoque cuando estés en el C
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