América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . l^-^-^&s^.í^^ VIAJE Á LA AMÉRICA EQUINOCCIAL 589 á mansalva. Llenos de asco hubimos de valemos de las antorchas para dar caza á tanto bicho,y en la ruda tarea de aplastar á un buen número de nuestros enemigos invertimos algunashoras, hasta que rendidos de cansancio nos tendimos sobre las hamacas, trascurriendo el res-to de la noche entre pesadillas, en las cuales veíamos aparecer, amenazadoras, cuantas arpías,gorgonas, medusas y demás monstruos, duendes y trasgos ha engendrado la Mitologí Cafet
América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . l^-^-^&s^.í^^ VIAJE Á LA AMÉRICA EQUINOCCIAL 589 á mansalva. Llenos de asco hubimos de valemos de las antorchas para dar caza á tanto bicho,y en la ruda tarea de aplastar á un buen número de nuestros enemigos invertimos algunashoras, hasta que rendidos de cansancio nos tendimos sobre las hamacas, trascurriendo el res-to de la noche entre pesadillas, en las cuales veíamos aparecer, amenazadoras, cuantas arpías,gorgonas, medusas y demás monstruos, duendes y trasgos ha engendrado la Mitologí Cafetales en los Llanos Los albores del nuevo dia fueron saludados como un dichoso rescate. La pobre mujer,más extenuada que la víspera, parecióme que no llegaría á la noche. Mientras se ensillabanlas muías tomé el croquis de una vasija para guarapo hecha de bambú y tapada con un esco-bajo de maíz, y pocos momentos después partíamos más que de prisa en dirección de la Van-guardia, donde llegábamos á las once del dia. Pregunté ante todo por el herido, pues ya recordará el lector que dejamos al Sr. Restre-po con dos costillas fracturadas á consecuencia de haberse caido de caballo. Le encontrémucho mejor de lo que temia, siendo su curación cuestión de reposo. En cambio su señorahabia cogido la fiebre en Salitre y algunos de sus hijos pagaban también tributo á la horribleenfermedad, todo lo cual me trajo á la memoria la moribunda que acabábamos de dejar yrespecto á la que no me atreví á decir una palabra. La terrible fiebre de los Llanos raras ve-ces perdona.
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