Espaäna pintoresca; the life and customs of Spain in story and legend . tina y limpia descansasilenciosa, a la sombra augusta de inmensas montañas. Las montañas y el mar son los grandes alicientes de esta ciudad cosmopolita. Son éstas tan hermosas y están lo tan cerca, que el visitante se encuentra en un frondoso bosque tras corto andar por las calles antiguas de la vieja capital de Guipúzcoa. Los bosques están llenos de flores silvestres, lindas mar-garitas, primaveras, violetas, nomeolvides, y en el corazón15 de las montañas los cerezos en flor y los jóvenes manzanosperfuman el ambiente con


Espaäna pintoresca; the life and customs of Spain in story and legend . tina y limpia descansasilenciosa, a la sombra augusta de inmensas montañas. Las montañas y el mar son los grandes alicientes de esta ciudad cosmopolita. Son éstas tan hermosas y están lo tan cerca, que el visitante se encuentra en un frondoso bosque tras corto andar por las calles antiguas de la vieja capital de Guipúzcoa. Los bosques están llenos de flores silvestres, lindas mar-garitas, primaveras, violetas, nomeolvides, y en el corazón15 de las montañas los cerezos en flor y los jóvenes manzanosperfuman el ambiente con su fragancia delicada y exquisita. Estas montañas vascas con sus hondas cañadas, con sus cascadas altas y sus rústicos caseríos en la ladera de los montes, son de una belleza incomparable. 20 A veces sentados sobre un declive del terreno hemos visto la neblina bajar sobre esos valles hondos y umbríos. La neblina que desciende del cielo majestuosa y sedeshace, en gotas de plata, sobre los maizales, y sobrelos pétalos de las violetas y las acacias ... 92. •^?li-^ir lililí*..... ¡SARDINAS VIVAS, VIVÍAS ! 93 94 ESPAÑA PINTORESCA Hemos seguido con la vista la lenta carreta de bueyes,cuyas ruedas crujen quejumbrosas. En el verdor de la montaña se destaca la parda carreta,con sus bueyes negros, el boyero con su roja boina, su5 ancha faja encarnada y su traje blanco, muy blanco . . En el silencio del monte repercute el crujido de lacarreta, y la clara voz del boyero, que anima a los mansosanimales gritando: — ¡ Aidá-á-á! j Aidá-á-á! . . vibramelodiosa, y se pierde por campos y valles,ío A veces una vieja diligencia, tirada por una hilera deocho muías, baja la escarpada montaña por una carreteraestrecha, que va a la próxima aldea. El chasquido del largo látigo se confunde con la alegrevoz del cochero, que grita a sus muías favoritas: — i Arre,í 5 a-r-r-r-e, Hermosa-a-a 1 i A-r-r-e, Capitana-a-a-a ! II El San Sebastián del verano es muy diferente


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