América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . edio muertos de fatiga. En Tejutes empieza á aparecer una vegetación de extremada riqueza, pero no lejos de allíhay un buen número de pestilenciales pantanos. En las chozas de Ouillo, las Cruces y Quendan, se dejaba oir el monótono concierto déla 800 AMÉRICA PINTORESCA marimba y el cuño, y en sus pavimentos de bambú se agitaba una población que el gicarapoconserva en estado casi perenne de embriaguez. Al llegar á Bellavista, cuyo nombre le cuadra á maravilla, un panorama espléndido, unverdadero ma


América pintoresca; descripcion de viajes al nuevo continente por los mas modernos exploradores . edio muertos de fatiga. En Tejutes empieza á aparecer una vegetación de extremada riqueza, pero no lejos de allíhay un buen número de pestilenciales pantanos. En las chozas de Ouillo, las Cruces y Quendan, se dejaba oir el monótono concierto déla 800 AMÉRICA PINTORESCA marimba y el cuño, y en sus pavimentos de bambú se agitaba una población que el gicarapoconserva en estado casi perenne de embriaguez. Al llegar á Bellavista, cuyo nombre le cuadra á maravilla, un panorama espléndido, unverdadero mar de verdura, se desarrolla á la vista del maravillado viajero. Escarpadas cuestas y vertiginosos barrancos se atraviesan sin cesar entre La Yeva, Pil-cuan y el Páramo, pero ¡qué prodigiosa vegetación! Allí abundan de un modo particular lasgesneriáceas de hojas oscuras (Centrosolenia), los tallos y cálices vellosos del Philodendronverrucosum, las palmeras gualtes (Iriaríea), los palmíqueros (Mauritia), y unas encantado-ras geónomas, que desgraciadamente no dan El mígale avicular (tamaño natural) En los miserables ranchos que se levantan de trecho en trecho, á lo largo de aquel caminosalvaje, ¡cuántas veces no vi á los pobres cargueros, rotos de fatiga después de una terriblemarcha, caer revueltos y mezclados y dormirse sobre el duro suelo, pegados á sus cargas ysin aliento para comer! En la quebrada de Tulpas, como en la de Cuyambi, la vegetación de monocotiledonespresenta enmarañadas espesuras, de cuya belleza salvaje no puede la pluma dar idea. Encantadores pájaros-moscas hienden los aires lanzando su diminuto chillido. Al dar lavuelta al enorme tronco de un Fíats, vi uno (Lesbia Amaryllis) posarse en una rama de Pi-per, en donde tenia el nido. Me acerqué con cautela, y al ir á apoyarme en el tronco de lahiguera para cogerlo, una monstruosa araña, el 7nigale avicular, se precipitó sobre él agar-rándole por el cuello. En un


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