La Mujer . una agrupación de la patria, sumisos á la voluntad impe-rante. —Eso sí que no. O hav descentralizaciónde poderes como rige en nuestra Cartaíundament:\1, con autonomía propia ó alláva nuestra renuncia. Y en este tira y afloia entre el presiden-te de la ReDública y esa comisión, sirvien-do de intermediirio el ministro Yofro, se ha pasado el tiempo hasta que la tirantezha sido tan grande que se produjo la rup-tura. —Allá va el programa y allá va nuestrarenuncia. --Muy bien, señores; se les acepta elprograma y la renuncia y nómbrase alintendente municipal para que corra con


La Mujer . una agrupación de la patria, sumisos á la voluntad impe-rante. —Eso sí que no. O hav descentralizaciónde poderes como rige en nuestra Cartaíundament:\1, con autonomía propia ó alláva nuestra renuncia. Y en este tira y afloia entre el presiden-te de la ReDública y esa comisión, sirvien-do de intermediirio el ministro Yofro, se ha pasado el tiempo hasta que la tirantezha sido tan grande que se produjo la rup-tura. —Allá va el programa y allá va nuestrarenuncia. --Muy bien, señores; se les acepta elprograma y la renuncia y nómbrase alintendente municipal para que corra contodas las fiestas. ¡Al intendente municipal! Sí, señores, á nuestro lord mayor, co-mo le llamaban al diíunto Ahear. Alirensi iVlvear viviera y lo hubiesen nombradopara esas cosas 3 aunque no lo hubiesennombrado que á él le importaba un bledoesos requisitos, cómo se hubiese floreado! ¿Y creen ustedes que Bullrich no harálo mismo? Que le den soga 3 3a veránustedes á donde Se le paseará á Campos Salles por el camino JeBelgrano Dicen que al tener noticia de la tal reso-lución se presentó á la casa de gobiernovestido á lo mocito emprendedor 3 de hallarnos en Cuaresma, lleva-ba cara de Pascua de Resurrección. Entróse de rondón en el salón presiden-cial donde se hallaba el presidente 3^ susecretario de Estado, en el departamentodel Interior, á quien le dirigió una mira-dita irónica. (Don Adolfo es de los hom-bres que no olvidan). —¿Y bien, señor intendente?—le pregun-tó el presidente—¿Está usted conforme? —Sí, señor, y aunque mi iucouipeteiicú —¿Qué le parece el programa? —Ün poco corto, señor. —Ha3^ tiempo de alargarlo. —Faltan fuegos pirotécnicos 3 lumina-rias. --Se —Lo que no me parece bien es eso deindicar las calles por donde deberá pasary atravesar el presidente de los EstadosUnidos del Brasil cuando salga de la ca-s i de gobierno, cuando va3a á lo lleven


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