La Mujer . despierto, sí lo que ALBUM-REVISTA LA MUJER tenía ante mi era una realidad ó era una visión. Más me inclinaba á creer esto último puesme parecía imposible que mi ideal, mi querido,mi amado ideal, estuviera tan bien simbolizadoen esa mujer que al fin y al cabo era una des-conocida para mí. Pero ima interna voz me decía que la dueñade esos hermosos ojos, no era ni una visiónni el producto de mi exitada fantasía. Quería hablarla para decirla que era mi idealpor tanto tiempo soñado, que finalmente veíaencarnado en un ser viviente y que ese serera ella, únicamente ella. Má ¿Podía yo
La Mujer . despierto, sí lo que ALBUM-REVISTA LA MUJER tenía ante mi era una realidad ó era una visión. Más me inclinaba á creer esto último puesme parecía imposible que mi ideal, mi querido,mi amado ideal, estuviera tan bien simbolizadoen esa mujer que al fin y al cabo era una des-conocida para mí. Pero ima interna voz me decía que la dueñade esos hermosos ojos, no era ni una visiónni el producto de mi exitada fantasía. Quería hablarla para decirla que era mi idealpor tanto tiempo soñado, que finalmente veíaencarnado en un ser viviente y que ese serera ella, únicamente ella. Má ¿Podía yo decirla eso? ¿Cómo reci-biría mi confesión? Vacilé sobre lo que tenía que hacer. La lo-comotora silbó y su silbido prolongado resonóen mi corazón como si fuera el iAy! desga-rrador de un moribundo. Las ruedas dismi-nuyeron su velocidad, el tren se detuvo y miideal simbolizado, liviano cual una alondra,saltó á tierra desapareciendo entre la oscuridadde la noche- Arturo (Iragmento de un ?poema) ¿Recuerdas la glorietaOculta del jardín entre las flores,Do á tu oido, mis versos de poeta,Llegaban ardorosos con la inquietaAnsiedad de los férvidos amores? Desierta y solitariaComo garza perdida en la espesura,Bajo el glauco dosel de la verdura Que el enrejado escalaFinge un nido de amor abandonado,Un santuario entre lirios olvidado! El roce de la brisa que resbalaArmoniosa meciendo las glycinasCon un débil fragor de olas divinas,Con un lento murmullo de corolas,Despierta en la memoria adormecidaEl rumor de tu veste en la avenida,El triste arrullo de las almas solas! Las rosas peifumadasQue adornaban tu seno, los senderos ruedan deshojadas O en el tallo se inclinan tus besos, silenciosas;Y entonando sus trinos congojados.¡Cual te buscan los dulces pajarlUosEntre el verde follage, desolados! Las brisas rumorosasTraen rimas de vagas lejanías:No suena su canción entre el follageComo antes, cual endeclias a
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