. Cuentos hispanoamericanos. abultado! . . En el otro iban Paulde Saint Victor junto a DAnnunzio y Santa Teresa de Jesúsque tocaba a Voltaire. Aquel era también el depósito de la 20 cigarrería . . cuando había cigarros. Además, otro de losrincones, lo destiné a las (( cuentas a cobrar.» Pero estuvovacío eternamente. Era una chaqueta maravillosa. Tres veces sufrió trans-formaciones. Unas manos hábiles y buenas, tenían a su cargo 25 la curación de sus heridas. Cuando la tela variaba de color,esas mismas manos hábiles y buenas se apresuraban a ponerlaal revés. Al año siguiente, se realizaba la mi


. Cuentos hispanoamericanos. abultado! . . En el otro iban Paulde Saint Victor junto a DAnnunzio y Santa Teresa de Jesúsque tocaba a Voltaire. Aquel era también el depósito de la 20 cigarrería . . cuando había cigarros. Además, otro de losrincones, lo destiné a las (( cuentas a cobrar.» Pero estuvovacío eternamente. Era una chaqueta maravillosa. Tres veces sufrió trans-formaciones. Unas manos hábiles y buenas, tenían a su cargo 25 la curación de sus heridas. Cuando la tela variaba de color,esas mismas manos hábiles y buenas se apresuraban a ponerlaal revés. Al año siguiente, se realizaba la misma operación,y lo que antes había sido el revés y ahora el derecho, volvíanuevamente a ser revés para transformarse, al otro año, en 30 derecho. . Así fué como nadie pudo distinguir jamás cuálera el derecho o el revés. Ocurre lo mismo con los hombresque han vivido mucho y que han sufrido más : nadie les conoceel lado bueno del alma. Nadie les conoce el revés y el derechode su corazón. .. La Historia de mi Traje 25 — Toma mi traje. Llévaselo a Pedro. Dile que sea felizy que si quiere serlo de verdad, que se escape. . ^^ 5jí *t rí* ^ rp •!? T* Desde aquella tarde han pasado siete años. Pedro salió deBuenos Aires sin rumbo. Tal cual viajan los que no tienenplata o los que tienen demasiado. Se fué sin un centavo. Se 5embarcó para Europa, cuidando animales, como peón. Llevabami traje. . Si en los momentos de hambre escarbó sus bolsillosen busca de monedas, tal vez haya encontrado algún tristesoneto. ¡ De qué le habrá servido! Ese papelmoneda es tancobarde — dice un chiste muy viejo, — que carece en absoluto 10de valor. Es cierto. Los únicos bancos en donde le concedenfácil curso legal, son los bancos de plaza. Allí, en vez de librasesterlinas se cuentan las estrellas. Tarea mucho más nobley más hermosa. Pero contar estrellas debilita el cerebro. Tres años después de la fuga de Pedro, me encontré en Monte- 15video con un ami


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