. Isabel la Católica; ó, El corazón de una reina, novela histórica; ilustraciones de L. Labarta. CAPITULO XV Dos galanes para una dama. r REOCUPO en sumo grado a don Tomás laidea de quién sería Teresa y por qué habita-ría en las buhardillas del palacio de doñaLeonor. Circunstancia era esta última que casi estuvo a puntode hacerle desistir de su empeño de enamorar a la hermosajoven, porque al fin era un peligro que estuviese en rela-ción con la despechada dama; pero el amor no atiende arazones de ninguna clase y el amor por la bella descono-cida trastornaba al buen Paredes. Desatendiendo, pues,
. Isabel la Católica; ó, El corazón de una reina, novela histórica; ilustraciones de L. Labarta. CAPITULO XV Dos galanes para una dama. r REOCUPO en sumo grado a don Tomás laidea de quién sería Teresa y por qué habita-ría en las buhardillas del palacio de doñaLeonor. Circunstancia era esta última que casi estuvo a puntode hacerle desistir de su empeño de enamorar a la hermosajoven, porque al fin era un peligro que estuviese en rela-ción con la despechada dama; pero el amor no atiende arazones de ninguna clase y el amor por la bella descono-cida trastornaba al buen Paredes. Desatendiendo, pues, los consejos de la prudencia ylas reflexiones,de su hermano don Rodrigo, quien no dejóde advertirle los obstáculos y peligros con que podía tro-pezar en sú amoroso empeño, decidió enamorar en todaregla a Teresa; y para ello, comenzó a rondar día y nochela casa en que vivía, importándole poco que doña Leonorse percatase de ello. ISABEL LA CATÓLICA 523 —Si se entera y sufre—pensó—, que sufra; harto tengosufrido yo por culpa suya; y si pretende vengarse de mí,guiada por su despecho, me libraré de su ve
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