. Memoria complementaria de la sección del programa pobladores aborígenes, razas existentes y sus variedades, religion, usos y costumbres de los habitantes de Filipinas. uy singular el modo que tienende realizar el contrato del matrimonio. Preparada gran abun-dancia de caza por el joven pretendiente, reunidos los padres,parientes, y amigos de los contrayentes, se coloca de pié lajoven á una distancia de unos cincuenta metros, teniendo de-bajo del brazo un bulto esférico, hecho de hojas de el varón le dispara una flecha embotada. Si aciertaá dar en di( ¡lo bulto, pasando por


. Memoria complementaria de la sección del programa pobladores aborígenes, razas existentes y sus variedades, religion, usos y costumbres de los habitantes de Filipinas. uy singular el modo que tienende realizar el contrato del matrimonio. Preparada gran abun-dancia de caza por el joven pretendiente, reunidos los padres,parientes, y amigos de los contrayentes, se coloca de pié lajoven á una distancia de unos cincuenta metros, teniendo de-bajo del brazo un bulto esférico, hecho de hojas de el varón le dispara una flecha embotada. Si aciertaá dar en di( ¡lo bulto, pasando por él la flecha, sin tocar á lamujer, quedan unidos en perpetuo matrimonio; pero, en casocontrario, quedan imposibilitados para contraerlo. IMas es tancertero el tiro de estos negritos, que, según me han dicho,sucede muy rara vez no den en el blanco; y por lo tanto,apenas se da el caso de no llevarse adelante el matrimonioconvenido. Mucho se ha dicho sobre sí entre estos negritos existenó no creencias acerca de alguna divinidad, y de la inmorta-lidad del alma; pero, por mas que algunos se empeñen apa-sionadamente en uegarlas, hay pruebas muy fundadas de que. NEGRITOS I sos Y COSTUMBRES realmente tienen conocimientos sobre estas importantísimascuestiones de la religión; si bien sus ideas en este punto,como en otros muchos, son obscuras é imperfectas, y se ha-llan mezcladas con gravísimos errores. En primer lugar seim-pre que matan alguna res, cortan un pedacito de ella, antesde venderla ó comerla, tirándolo hacia el cielo, y diciendoen alta voz: «Esto también para tí.» Lo segundo, se abstie-nen escrupulosamente de muchísimas cosas y de ocupacionesmuy útiles y de gran conveniencia, por temor de la muerteó de otros males terribles. Lo tercero, cuando muere alguno,abandonan á toda prisa el lugar de! finado, después de ha-ber cubierto ligeramente el cadáver, y colocado obstáculosen todas las avenidas que dan al sitio del difunto, para queno se acerquen a


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