La Mujer . ALBUM-REVISTA «LA MUJER» Nadie le llamaba; sólo cuando pregonó: «¡Lenguasmuertas ó vivas!», le preguntó una cocinera: —Buen hombre, ¿son de ternera ó de carnero?. —¿Está presente—preguntó el secretario —el sabioque afirma haber petrificado el ñúido eléctrico? —Está—respondió un hombrecillo vivaracho.—Siotros han licuado el aire, 30 he gastado mis bienespara conseguir la piedrecilla montada y oculta en misortija. He acumulado, prensado y retorcido el fluidoeléctrico; le he sometido á todas las temperaturas has-ta reducirle á cambiar de estado y aprisionarle enesta cápsula, donde guar


La Mujer . ALBUM-REVISTA «LA MUJER» Nadie le llamaba; sólo cuando pregonó: «¡Lenguasmuertas ó vivas!», le preguntó una cocinera: —Buen hombre, ¿son de ternera ó de carnero?. —¿Está presente—preguntó el secretario —el sabioque afirma haber petrificado el ñúido eléctrico? —Está—respondió un hombrecillo vivaracho.—Siotros han licuado el aire, 30 he gastado mis bienespara conseguir la piedrecilla montada y oculta en misortija. He acumulado, prensado y retorcido el fluidoeléctrico; le he sometido á todas las temperaturas has-ta reducirle á cambiar de estado y aprisionarle enesta cápsula, donde guardo fuerza para pulverizaruna montaña. No hay monarca que posea una pie-dra semejante, porque he fabricado un átomo de os heláis de frió reina el verano en mibuardilla si el día es obscuro, le hago claro y tengoun sol para mí solo. Veréis su brillo, pero no sabréisnunca mi secreto. Y volviendo el engarce de la pie-dra produjo un foco de luz tan vivo, que parecía unaatmósfera de llama. Todo^ nos felicitamos de que el verdadero sol n-perteneciera á aquel sabio egoísta, porque nos sumotía en las tinieblas. —Pide la palabr


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